La Sociedad de Cazadores
de Alcublas en su plan de mejora de puntos de agua en el término de Alcublas,
realizó obras de ampliación y mejora en los aportes de agua al Navajo Junco I,
durante el mes de Julio pasado.
Ganado más capacidad de
acumulación de agua dicho navajo, lo que es de agradecer para la mejor
conservación de la fauna, muy dañada por el incendio forestal del año pasado.
El paisaje en esta partida
sigue siendo devastador, aunque la naturaleza en su sabiduría ya está dando
muestras de su capacidad regeneradora.
También la Sociedad lleno
dicho navajo llevando agua con una cuba y unos sapos parteros (Alytes obstetricans) y sapos comunes (Bufo bufo) pusieron su tardía puesta en
las aguas del navajo.
Eso era hacia 13 de
Agosto, lo que nos hace pensar que estos anfibios no habían encontrado antes
las condiciones idóneas para sus puestas. Comprobamos que tenían agua
suficiente, pese al rigor del verano y decidimos hacerles el seguimiento
correspondiente.
Volvimos el día 24 de
agosto, seguía teniendo agua el navajo y comprobamos que seguían están las crías
de sapos.
Mucho más grandes los sapos
parteros (Alytes obstetricans) y de
coloración más clara y mucho más pequeños los sapos comunes (Bufo bufo) y de coloración mucho más
oscura, prácticamente negros.
Hicimos los muestreos
pertinentes, observando que la colonia de anfibios disfruta de buena salud y
que las crías seguían su proceso correctamente.
Vimos de primera mano
dichas crías y apuntamos los datos técnicos, con los que no pensamos aburriros.
Satisfechos retornamos al
pueblo y decidimos seguir observando su evolución.
La última semana de
agosto, nos vimos gratamente sorprendidos con una lluvia persistente durante
varios días, que traía buenas nuevas para el monte, pues durante el verano no
se había prodigado.
El día 30 de agosto empezó
con buen tiempo y nos fuimos hacia el Navajo Junco I, para comprobar “in situ”
como habían funcionado las obras de mejora y como estaba nuestra colonia de anfibios.
Desalentador fue el
encontrarnos el navajo rebosante de agua, pero también muy lleno de ceniza de
las escorrentías, habían pasado 62 semanas del incendio y aun seguía presente y
palpable.
Preocupados iniciamos los
muestreos y cuál no sería nuestra sorpresa al observar que toda la colonia de
anfibios había desaparecido, si no quedaba nada vivo en el navajo.
¿Habrá sido la ceniza?
Seguramente, no entramos a valorar el desastre, únicamente constatamos el hecho
de que ya no hay anfibios en el Navajo de Junco I. Desgraciadamente.
J. R. Casaña