Seguimos con las especies invasoras y vamos a comentar dos nuevas especies:
Caulerpa racemosa
es un alga (Cloroficeae) de origen tropical que durante la última década se ha extendido por toda de la costa mediterránea occidental colonizando los hábitats del fondo del mar autóctonos.
La primera observación en costas españolas tuvo lugar en 1998, en las Islas Baleares; en 1.999 alcanza la costa este peninsular española y continuó su expansión en dirección suroeste, siendo identificada por primera vez en 2001 en las costas de la provincia de Alicante. En el año 2005, este macrófito invasor alcanza por primera vez los fondos de la Región de Murcia.
En la Comunidad Valenciana la expansión en el litoral supera los 170 km, dañando a nuestras praderas de Posidonia.
La «Caulerpa racemosa» afecta a especies de valor comercial e inutiliza las redes. Aunque menos toxica que su pariente la temida Caulerpa taxifolia, calificada en su día como el alga asesina, esta especie tampoco tiene depredadores conocidos y al contrario que la taxifolia sí puede reproducirse sexualmente, por lo que su expansión es considerada «incontrolable».
No creo que tengamos en Alcublas, pero por si acaso.
Mejillón cebra (Dreissena polymorpha)
El mejillón cebra es un molusco bivalvo de agua dulce, que también resiste en aguas salobres,
procedente de los mares Negro, Aral y Caspio, donde habita en equilibrio biológico. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.El mejillón cebra es un molusco bivalvo de agua dulce, que también resiste en aguas salobres,
Su concha tiene forma triangular con bandas amarillentas y pardo-oscuras en zig-zag y puede llegar a medir tres centímetros en estado adulto. Forma densas colonias de miles de individuos por metro cuadrado sobre sustratos duros.
El mejillón cebra se introdujo en las aguas del Ebro y se ha adaptó con éxito al nuevo hábitat y ya constituye una verdadera plaga. Cuando en agosto del 2001 un grupo de malacólogos de Cataluña, especialistas en náyades y un grupo de naturalistas de Flix (Tarragona) detectaron su presencia en el bajo Ebro, desde Xerta hasta el embalse de Ribarroja.
Los primeros datos conocidos de esta especie en el Ebro (septiembre del 2001) daban la cifra de unos 500 mejillones cebra por m², su gran capacidad de reproducción (cada adulto puede originar una descendencia de 1,5 millones de ejemplares por temporada) lo hacen muy dañino ya que disminuye la concentración de fitoplancton en el agua y altera completamente la cadena trófica de los ríos.
Después se ha detectado su presencia en otras cuencas mediterráneas, como las del Júcar y Segura y en tramos más altos del Ebro, hasta el embalse de Sobrón, entre las provincias de Burgos y Álava.
Cuenca del Júcar: En septiembre de 2005 se detectaron los primeros ejemplares en la cuenca del Júcar, concretamente en el pantano de Sitjar, en Onda (Castelló). La presencia de este molusco hizo que la Confederación Hidrográfica del Júcar precintara en octubre de 2005 el embalse de Sitjar, prohibiendo de forma urgente todo tipo de navegación y usos recreativos, así como la pesca de ocio en el tramo del Mijares entre la central de Vallat y el muro de la presa del embalse. A pesar de ello, se ha comprobado un aumento de la población de mejillón cebra en dicho embalse en el último año y últimamente los mejillones se han extendido al embalse de Santa Quitèria, en Vila-real, amenazando por tanto a todo el río Mijares. Según un informe elaborado por la Dirección General de Gestión del Medio Natural de la Consellería de Territorio de la Generalitat Valenciana, la densidad de ejemplares de mejillón cebra en este embalse es de 1.810 individuos por m2, mucho más por encima de los 1.087 ejemplares por m2 contabilizados en el Riu de la Cana, en el meandro del Flix.
Cerca de Ribesalbes, en la cola del embalse, existen pequeños núcleos con una densidad media de menos de cuatro individuos por m. En este caso, sin embargo, los ejemplares hallados estaban muertos, según las hipótesis de los expertos por la bajada de agua que padece el embalse, ya que se encontraban fuera del agua, a unos 50 centímetros fuera del nivel del agua.
Daña todas las instalaciones que hay en el agua, azudes, presas, pontones y todo aquello que resida en las aguas, dañándolas y al final por su aglomeración destruyéndolas.
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