TRAVESIAS POR EL PRAO DE ALCUBLAS (Humedal de interior)

Al atardecer nos acercamos al Prao, para ver su estado después de las lluvias.

Las nubes conquistaban el cielo y la luz empezaba a decrecer, se oía el silencio.

Los charcos habituales estaban llenas, presagiando que este otoño, después de la pertinaz sequía, volverían  a tener los invertebrados que los caracterizan.

Estábamos contemplando el espectáculo del paisaje desde la Aljibe, con una perspectiva panorámica de todo el Prao.

De repente el silencio fue interrumpido por un rugir de motores, se acercaban hacia el, cinco todoterreno a velocidad inapropiada, venia del Barranco de la Cañada de los charcos.

No aminoraron su marcha al llegar al humedal de interior, todo lo contrario, aceleraron aun mas para atravesar los charcos, levantando cortinas de agua, que seguramente llevarían algún invertebrado, sacándolos de su hábitat.

Los observábamos con descaro sus evoluciones por los charcos y les hacíamos fotos, pero a ellos parecía no importarles nuestra presencia, ni nuestras fotos.

Con la velocidad que la que aparecieron, desaparecieron por el Camino de Teresa, dejando claras huellas de su paso en los charcos que cruzaron.

Más tarde nos hemos enterado que a estas carreras, se les denomina “travesías”, en las que sus integrantes disfrutan actuando de una manera no demasiado cívica, eso si,  consiguen llenar sus coches de barro y dejar las marcas de su paso como nuevos “Atilas”.

Deseamos que pronto declaren “Humedal de interior” al Prao o que se indique abiertamente sus características y se limite claramente su paso.

Es un deseo, solamente un deseo, que desearíamos fervientemente se hiciese realidad.

Fuentes:

Gallipato Alcublano

J. R. Casaña.