La Balsilla es nuestra balsa más carismática, además de
ser Reserva de Fauna Silvestre, es la balsa que debería de recibir más aportes acuíferos
que ninguna de las demás. Los aportes de agua son los más largos de todas las
balsas y navajos de nuestro término, pero aun así no se llena.
Ya no es solo que tengamos que hacer actuaciones
especiales, pues los gallipatos ponen sus huevos, cuando toca, pero la
capacidad de retención de aguas de la Balsilla es muy baja y desaparece el agua
con mucha rapidez.
Claro los huevos y alevines de los anfibios tienen un
ciclo de tiempo hasta que se convierten en adultos, pero debido a la pronta
desaparición del agua, peligra la integridad de huevos y alevines, lo que, no
sin cierto dolor, nos obliga a transvasar a otras balsas sus puestas, para
evitar que se pierdan.
También hay otras cosas que nos preocupan como lo que
nuestro amigo Francisco Gil descubrió en Diciembre pasado: Siete gallipatos
muertos en su cubeta, prácticamente momificados.
Lo extraño es que, en esos momentos la balsa estaba
totalmente seca. Lógicamente al ser Reserva de Fauna, informamos a la
Conselleria. Las causas de su muerte siguen siendo un misterio, quizás salieron
de sus escondrijos y el frio que hacía en aquellas fechas causo su muerte.
El cinco de Septiembre en una visita rutinaria a la
balsa, otra sorpresa desagradable nos esperaba, aunque entonces si tenía
abundante agua. Encontramos tres sapos corredores muertos, sin signos de
violencia, aparentemente. Raro muy raro, comprobamos, no obstante, que la
tonalidad del agua no era muy clara y que existían sombras oleaginosas en su
superficie.
Informamos a nuestro colaborador Vicente Sancho y este
informó a la Conselleria, Vicente nos comento que debido a la duración de los
amplexos (apareamiento) y por agotamiento algunos pueden morir, pero al no
haber puestas en el agua no era este el caso.
Estaban dentro y fuera del agua, es probable que en un
principio estuvieran todos dentro del agua y debido a su regresión alguno quedo
fuera.
No pretendemos denunciar nada, únicamente exponer por
la situación que tiene La Balsilla.
Puede ser que todo tenga su explicación científica,
pero nadie nos quitará nuestro derecho de informar las situaciones que vive
dicha balsa, que en ningún momento nos parecen normales.
Arreglar el entorno de la Balsilla requiere dinero,
pero también concienciación y compromiso.
J. R. Casaña.
Imágenes:
Francisco Gil
J. R. Casaña
No hay comentarios:
Publicar un comentario