Tenemos la suerte de contar
con amigos y colaboradores, que nos ayudan a llevar adelante nuestro lema,
"sumar es lo importante", que han tenido a bien compartir con su
última salida por el termino de la Pobla de Vallbona, muchas gracias.
Salida 21-12-14
Hora
de salida 9:30
Zona “las ovejas”
Primer punto de agua visitado, “Balsa las ovejas”:
Cabe destacar la presencia de rana común Pelophylax perezi en
la alberca, habiendo observado 2 ejemplares en ella así como un número reducido
de sus renacuajos, que eran escasos en la balsa.
Observamos un erizo común europeo Erinaceus europaeus adulto y un jilguero Carduelis
carduelis ahogados, es frecuento encontrarse,
sobretodo, erizos ahogados en albercas, aljibes y balsas dado que caen
accidentalmente a ellas y no son muy buenos nadadores, además, el efecto trampa
de albercas y piscinas impide la salida de cualquier animal que caiga en ella
lo que normalmente conlleva a la muerte del animal.
También es notable un descenso del nivel del agua, aún así,
y a diferencia de otras tantas, el agua se presenta cristalina y aparentemente
limpia pudiendo observar a su vez vegetación como la cola de zorro o el “pan de
rana”.
Podemos avistar a su vez desechos humanos en el interior del
agua, como bolsas y botellas.
Es posible detectar la presencia de notonectas, larvas de
mosquito y pulga de agua o daphnia, siendo este uno de los puntos de agua donde
parece prosperar bien esta última.
“Balsa del sapo
/ Charco del sapo”
La situación de estos dos puntos de agua era, en caso de la
pequeña alberca, normal, aunque a diferencia de la última vez que lo visité
esta vez no vi ni un solo renacuajo.
Por otra parte, la acumulación de agua presente en uno de
los extremos de la acequia presentaba un aspecto sucio, ya que en él había una
naranja en estado de descomposición y ramas de caña que daban ese aspecto
“enfermizo”.
Casablanca
Seguimos nuestra ruta llegando a la urb. Casablanca, donde
nos esperaba una ruta ajetreada dado el número de albercas y aljibes presentes
en la zona.
Por desgracia, no todos los puntos visitados presentaban
vida y, mucho menos, un aspecto saludable, ya que en muchos de los puntos el
agua estaba turbia y apenas se lograba ver algo.
Tal vez, dicha turbidez se dé a causa de el vertido de
sedimentos arrastrados por las pasadas lluvias a través de las acequias y
canales que comunican con ellas.
En cualquier caso, algunos de los aljibes no presentaban
vida alguna a pesar de ofrecer las condiciones adecuadas, lo que me lleva a
pensar cuál será la causa de ello.
Aquí una fotografía de uno de los puntos de agua
anteriormente detallados:
Balsa “la
lombriz”:
Seguimos la ruta dejando atrás aquellos aljibes sin apenas
vida para empezar a presenciar los primeros anfibios de la zona.
Se pueden observar dos ejemplares de rana común (Pelophylax
perezi), lo cual me lleva a pensar sobre su presencia en dicho punto dado que
llevaba mucho tiempo
seco, aunque la hipótesis mas razonable es pensar que se hayan “trasladado”
desde otro punto cercano, lo cual es muy probable.
Cabe destacar la presencia de lombrices en la alberca, pero,
no solo la cantidad, sino su tamaño, llegando a confundir a alguna de ellas con
pequeñas culebras viperinas dado su grosor y forma.
El
nivel de agua era bajo, y la presencia de larvas de mosquito era evidente.
Balsa “la Presa”:
Seguimos
el camino y nos dirigimos dirección a la próxima balsa, la “balsa la presa”,
llamada así por el borde que presenta por el cual desborda el agua de la misma.
El
agua está muy turbia y no se alcanza a ver el fondo.
Pero,
a pesar de la turbidez, pudimos observar dos pequeños renacuajos de sapo
partero común (Alytes obstetricans) de aproximadamente unos 5-6 días de vida,
lo cual nos hace llegar a la conclusión de que criaron hace poco, buena
noticia.
Lo
que no fue demasiado agradable fue presenciar la gran cantidad de desechos
tóxicos que se amontonaban en el suelo.
Balsa “la Higuera”:
Después
de visitar la “Balsa la presa” nos dirigimos a la “Balsa la higuera”, apenas a
una parcela de distancia de la balsa “la Presa”.
Hace
años esta balsa parecía albergar ejemplares aislados de gallipato (Pleuredeles
waltl), habiendo sido citado hasta dos veces en dicho punto.
Lamentablemente,
no se ha vuelto a citar su presencia y el último ejemplar avistado data de 2005
aproximadamente.
La
balsa presentaba un aspecto preocupante, el agua estaba muy turbia cuando lo
normal es que esta balsa albergue agua limpia y cristalina, además, en ella no
hemos podido observar vida de ningún tipo de anfibio, lo que tampoco es normal,
teniendo en cuenta que en ella residía una pequeña población de rana común
(Pelophylax perezi).
Balsa “la Rana verde”:
Después de visitar la “Balsa la higuera”, nos dirigimos hacia
el norte, al encuentro de mas anfibios, lo que nos lleva a visitar la “Balsa la
Rana verde”, bautizada así por el enorme ejemplar de rana común (Pelophylax
perezi) que allí se encontró, tampoco creo que haga falta decir que la rana, como
era de esperar, era verde.
Hace años atrás, en ese mismo aljibe tuve la oportunidad de
ver un sapo partero común (Alytes obstetricans) adulto en el agua, lo que me
sorprendió teniendo en cuenta sus hábitos terrestres y nocturnos. Y hoy, como
era de esperar había una gran cantidad de renacuajos, en su mayoría de sapo
partero común.
El nivel del agua no era alto y la verdad es que era un poco
más bajo de lo común.
Balsa Oculta 2:
Después de quedar impresionados por la abundancia de
renacuajos de la “Balsa la Rana verde”
Xavi y yo nos dirigimos a la siguiente balsa, una balsa
oculta como indica su nombre y además, tapiada.
En ella pude avistar renacuajos anteriormente, de rana común
supongo y alguna escolopendra ahogada.
Aunque hoy, lo que hemos podido presenciar no nos ha gustado
nada en absoluto, pues en su interior yacía el cuerpo sin vida de una culebra
lisa meridional (Coronella girondica), una especie de hábitos terrestres
principalmente que accidentalmente cayó al agua.
Era un ejemplar adulto, de unos dos palmos de largo y
apagada coloración pese a que aún no había iniciado el proceso de descomposición.
En parte, el avistamiento de esta culebra es beneficioso,
pues pese a que el animal no estaba vivo podemos decir que la culebra lisa
meridional está presente en el término de la Pobla de Vallbona, junto a la
culebra bastarda y la culebra viperina.
Nos vamos de esa balsa esperando no volver a ver nada
parecido.
Balsa marrón:
Nos vamos de “Balsa oculta 2” algo desmoralizados y seguimos
la ruta hacia el siguiente punto de agua, la “Balsa marrón”, llamada así por el
color de sus aguas, que presenta, no se sabe porque, un tono amarronado.
No esperaba ver nada, pues en esa pequeña alberca el agua
siempre había sido escasa y con un aspecto algo “ácido”.
Sin embargo, y a pesar de lo que esperaba, la balsa
presentaba vida, pues pudimos observar un ejemplar de rana común (Pelophylax
perezi) y lo que parecían renacuajos de Bufo, que resultarón ser de sapo
partero común (Alytes obstetricans), como de costumbre.
Aunque, lo que
hemos podido observar es que la coloración de los renacuajos de sapo partero común
(Alytes obstetricans) es muy variada y que va, desde el marrón muy oscuro, casi
negro hasta el marrón amarillento que los caracteriza.
Balsa del Gallipato:
Por fin llegamos a
la Balsa del Gallipato, llamada así por el ejemplar que se capturó en ella años
atrás.
Hace unos meses se
introdujo gambusia, aunque por suerte parece no haber prosperado con éxito, con
lo que ello conlleva, un enorme beneficio para las especies autóctonas que en
la balsa habitan.
El agua tenía un
tono verdoso y estaba turbia, y a pesar de lo que esperaba no conseguimos
localizar vida en ella, si en su pozo (que parecía haberse llenado un poco
durante las lluvias) habitado por una pequeña población de rana común
(Pelophylax perezi).
También visitamos, a escasos metros, la balsa donde se dice
que hace años se criaban gallipatos.
El agua parecía limpia y la piscina estaba llena, sin
embargo, no pudimos presenciar nada en ella.
Balsa azul:
Dejamos la “Balsa del gallipato” y partimos hacia casa, pero
no sin antes pasar por la carismática “Balsa azul”, llamada así por el color
que cubre sus paredes.
A primera vista parecía desolada, parecía no haber nada, sin
embargo, no es la primera vez que hurgando en un agujero que hay en ella sale
una rana o culebra, así que decido probar suerte.
Y efectivamente, allí estaba, salen notonectas y acto seguido, una gran
rana común (Pelophylax perezi), que a su vez embiste unas algas de la que salen
disparados un par de renacuajos de sapo partero común (Alytes obstetricans).
Observaciones:
Lo que Xavi y yo hemos podido observar es que los anfibios,
pese a estar en Diciembre, no han empezado aún a hibernar, como es de
costumbre. Hemos podido observar que las ranas presentaban un color oscuro a
causa, seguramente, del frío, pero a pesar de ello seguían con cierta
actividad.
Hemos podido observar también bastantes renacuajos de sapo
partero común, y en su gran mayoría presentaban una coloración algo inusual,
muy oscura, de hecho a simple vista se les podía confundir con pequeños renacuajos
de Bufo, del que no tengo constancia en Casablanca.
Una turbidez gris oscura estaba presente en algunas de las
balsas más grandes, lo que da que pensar.
También pudimos observar un claro aumento del nivel del agua
a causa de las pasadas lluvias y que, en algunas balsas de determinada zona de
Casablanca no había vida pese a mantener agua permanente durante todo el año y
agua aparentemente limpia.
Después de esta salida podemos también añadir al catálogo de
especies de la Pobla de Vallbona la culebra lisa meridional (Coronella
girondica), una especie terrestre que, por lo que parece, habita en la zona del
Tos pelat.
Hemos sido también, testigos de el efecto trampa que suponen
albercas y balsas, como víctimas principales pequeños mamíferos y pequeños pájaros,
aunque no podemos descartar reptiles, anfibios y como no, insectos.
En este caso hemos podido observar un erizo común europeo,
un jilguero y una culebra lisa meridional.
Aunque tiempo atrás he podido ver pequeños conejos,
libélulas, mirlos y ratones.
Podemos decir con orgullo y satisfacción que no hemos podido
observar gambusia en la “Balsa gallipato”, donde hace casi un año se
introdujeron ejemplares y por un tiempo perduraron.
David Candel Arbó
Maquetación: J. R. Casaña
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