Llevábamos
tiempo en conversaciones el Centro Excursionista de Chelva (Juan Antonio Fernández)
y el Gallipato Alcublano (J. R. Casaña) para girarnos una visita y conocer
nuestras Balsas y Navajos, pero sobre todo conocer a nuestro querido gallipato (Pleurodeles waltl), por fin fijamos
fecha, el 28 de Abril.
Quedamos
en la alamedita de Santa Bárbara; presidida por su nuevo personaje, un avión, a
las 10 de la mañana. Con puntualidad fueron llegando los integrantes de la
marcha, teníamos gente de Alcublas, Chelva, Calles, Quart y Valencia y también
niños, personajes muy importantes.
Planteamos
la ruta a seguir y la trayectoria del día, sugiriendo Rafa “Molina”, que podíamos
ir a comer a Las Dueñas, todo un regalo.
Concretamos
la logística y partimos hacia nuestra ruta. Éramos 28 o 30 los participantes.
La
primera parada fue en el chariz (1) de San Agustín, explicando la construcción
del mismo y su utilización, la vida que albergan y aclarando las dudas
surgidas.
Reemprendimos
el camino por el sendero PR-105, la animada charla hacia que poco a poco nos
fuésemos conociendo. El día acompañaba y el camino no era excesivamente duro.
Llegamos
al Navajo de las Cañadillas, donde no había mucho agua, viéndose cantidad de
renacuajos de sapo común (Bufo bufo),
preocupados, sobre todo los niños, por la cantidad de renacuajos y la poco agua
que contenía su cubeta, nos plantearon la posibilidad de trasvasarlos a otra
balsa, explicándoles que estas cosas no se deben hacer, pues no sabemos las
repercusiones de hacerlo.
Proseguimos
por el sendero PR-105 hasta llegar a la corraliza de los Silvinos-Tiesos, donde
les explicamos lo concerniente al comercio de la nieve en Alcublas, viendo las
carrilas (2), marcadas en el suelo, las preguntas surgían y eran contestadas,
pero sobre todos los niños no les importaba excesivamente el comercio de la
nieve y salieron corriendo hacia la Balsa
Silvestre.
Allí les
teníamos esperando una sorpresa, el día anterior habíamos rescatado de un
efecto trampa cinco gallipatos y los dispusimos en una pecera, para disfrute de
pequeños y grandes. Los fotógrafos pusieron en marcha sus cámaras y los
disparos a los gallipatos se sucedían, los niños los querían tener y observarlos
mejor, aunque alguno ando algo remiso.
Fuimos
detallando las actividades del Gallipato Alcublano e hicimos varios muestreos,
para explicar a los niños y grandes los habitantes que pueblan las balsas, nos
salieron Odonatos, Hygrobia hermanni,
Notonectas, Ninfas de libélulas, renacuajos,
quironomidos. Quedaron sorprendidos de la cantidad de vida que tienen
las balsas.
Entre
tanto almorzamos, pero seguíamos disfrutando de los descubrimientos que nos
deparaban los bichicos. Los niños hacían sus pinitos de biólogos buscando vida
en las balsas. Debíamos de seguir y con gran ceremonia, reintegramos a los
gallipatos díscolos a su hogar. Los maestros de ceremonia fueron los niños,
también devolvimos a la balsa todos los muestreos.
Pasamos a
visitar la calera (3) que se encuentra en las inmediaciones de la Balsa Silvestre, explicando los
usos de la cal y su proceso de fabricación, así como las normas para poder
realizar hornadas. Demostrando gran interés, pues debido a su no utilización
actualmente, era desconocido por la gente mas joven.
Nuestra
siguiente visita fue al Navajo de la
Roza, asesorados por gente de Alcublas que nos acompañaba,
pues teníamos dudas si el nombre era en singular o plural, gracias por la
aclaración.
Este
Navajo es un ejemplo de cómo se recuperan los puntos de agua que se hacen
nuevos, si están bien ubicados, pues aunque sean de cemento la tierra de
arrastre, regenera el fondo haciendo que la biodiversidad se recupere,
creciendo plantas y recibiendo vida de anfibios e invertebrados.
Tocaba
regreso al pueblo para recuperar los coches y que la gente que no venia a
comer, pariese hacia su destino. Nos despedimos de ellos y partimos hacia las
Dueñas, donde la logística había funcionado a las mil maravillas y prácticamente
ya teníamos la yanta casi lista.
La comida
transcurrió placidamente, después de la caminata, hablamos del lugar donde nos
encontrábamos y apreciamos su singularidad. Pues Rafa “Molina” nos había
enseñado todos sus rincones.
De
repente apareció la lluvia, bendita lluvia, y claro nos vimos obligados a
prolongar la sobremesa, donde se debatieron proyectos e ideas sobre la Serranía, es estupendo el
aunar proyectos e inquietudes.
Nos dio
tiempo, antes de despedirnos de visitar el Prao, que seguimos luchando para que
sea declarado “Humedal de interior”, admirando las sabinas que en el se
encuentran, valorando su singularidad, retomaremos este tema tan interesante.
Persistía
la lluvia y tocaba el momento de las despedidas, pero quedaban abiertas
posibilidades de colaboraciones futuras.
Nuestro
agradecimiento al Centro Excursionista de Chelva, pero esta visita tan
agradable.
(1)
Abrevadero según la lengua de Alcublas.
(2)
Marcas dejadas por los carros que transportaban la nieve.
(3)
Denominación en desuso de la comida de mediodía, en Alcublas.
Gallipato
Alcublano
J. R.
Casaña
AGRADECERTE EN NOMBRE DEL CENTRO EXCURSIONISTA DE CHELVA, Y EN EL MIO PROPIO, VUESTRAS ATENCIONES Y AMABILIDAD.
ResponderEliminarNo hay de que, pasamos un estupendo día, que esperamos se vuelva a repetir.
Eliminar¡Hola Gallipato Alcublano!
ResponderEliminarPor lo que veo ha sido una ruta muy fructífera. Juan Antonio y Amparo me ofrecieron ir, pero justo ese fin de semana estaba fuera de la península. Un saludo y felicidades por esa gran actividad conjunta de divulgación que habéis realizado.
Un saludo.
Pues si Fernando la visita fué muy fructifera, aunque te tiramos de menos, huvieses disfrutado con los gallipatos.
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