No es nuestro primer
encuentro con caracoles acuáticos, ya el 17 de febrero del 2012 hablábamos de
la Physella acuta, que de ahora en
adelante llamaremos Haitia acuta, cambio recomendado por nuestro amigo y colaborador
Juan Rueda Sevilla.
El mismo que tuvo a bien indicarnos el nombre del caracol del
que os hablaremos hoy la Galba truncatula,
que la encontramos junto con la Haitia acuta en el abrevadero del Balsón.
Que sorpresa de vida nos
deparan los espacios con agua, yo creía, equivocadamente, que los únicos
caracoles de Alcublas eran los terrestres y mira por donde tenemos dos clases
de caracoles acuáticos.
Allí en el abrevadero del Balsón
estaba junto a larvas de mosquitos y Efímeras, disfrutando del líquido
elemento.
La Galba truncatula es un molusco de concha que tiene entre 5-9 x
2-4.5 mm de tamaño, con 5 o 6 vuelas de espira, con separación muy clara.
Es un molusco semiterrestre,
que generalmente vive en bosques pantanosos y prados húmedos y en este caso en
abrevaderos sobre plantas acuáticas, pero siempre en lugares muy húmedos cuando
está fuera del agua. Tolera hasta un 9.6 pH.
Su puesta suele ser de entre
12 a 20 que deposita en grupos redondeados, puede hasta poner tres veces al año
dependiendo del clima.
Se cree que es nativo de
Europa, aunque está ampliamente expandido.
Hasta hace poco, esta
especie era conocida como Lymnaea
truncatula.
Aunque de apariencia
inocente es portadora de la Fasciola hepática,
la duela del hígado que al ser absorbida por el ganado, se instala en los
canales biliares y vesícula del los herbíveros, pasando en la ingestión de la
carne al hombre.
Es la causante de una de las
parasitosis más difundidas del ganado, la fascioliasis o fasciolosis, que es
considerada como una de las enfermedades parasitarias más importantes del mundo
de los rumiantes domésticos.
La vida tiene estos intrincados caminos.
Juan Rueda Sevilla
J. R. Casaña
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