El espectáculo estaba
servido, por fin había llovido en Alcublas y nuestros anfibios estaban deseosos
de ofrecernos sus cantos y sus amplexos.
Recibí con alegría un
mensaje de Vicente Sancho en el que me indicaba que nos iba a visitar el
Colegio Oficial de Biólogos de C. V. para disfrutar de la explosión sonora de
los anfibios en Alcublas.
Nos reunimos en la
Balsilla un nutrido número de mayores y niños, aun era de día, observamos que
la locura y la necesidad de los anfibios los conducía a hacer puesta
imposibles, en charcos con muy poca agua.
Fuera de la Balsilla en un
pequeño Navajo, observamos varios amplexos y una gran cantidad de puestas, de
las que seguramente ninguna llegaría a buen puerto.
En cambio la abundante
agua de la Balsilla había propiciado una gran cantidad de huevos de gallipato (Pleurodeles waltl), que seguramente nos
tocará rescatar, pues las aguas desaparecen muy rápidamente de la cubeta.
Nos trasladamos hacia otra
importante reserva de fauna, la Balsa Silvestre, balsa que en los dos últimos
años en la época estival se ha secado, cosa totalmente inusual.
Vicente Sancho se puso el
traje de faena y nos estuvo explicando las características de la gran cantidad
de vida acuática que tiene esta reserva de fauna.
Capturando en sus muestreos
un interesante ejemplar de gallipato (Pleurodeles
waltl) y un pequeño sapillo.
El sol ya estaba cansado y
se retiraba, momento en el que emprendimos el camino hacia la recién declarada Reserva
de Fauna de "el Prao", donde el espectáculo sonoro y visual estaba
servido.
Desde la distancia empezamos
a oír los cánticos de los anfibios, conforme nos acercábamos el murmullo cada
vez era más poderoso.
Cuando llegamos el
concierto estaba en pleno apogeo, conforme bajamos de los coches era ya
ensordecedor, parecía que nos daban la bienvenida.
Los visitantes y los niños
quedaron muy impresionados por la claridad y constancia que tenían los anfibios
en sus cantos.
Los que llevaban se
calzaron las botas de agua y se introdujeron en el agua que inundaba todo el
Prao, para observar mejor los cantos y los amplexos.
También aquí observamos
que al retirarse poco a poco las aguas dejaban abocadas a una muerte segura a
varias puestas, las hormigas se estaban relamiendo.
Los sapos corredores (Epidalea calamita) y los sapos parteros (Alytes obstetricans) seguían a su marcha
sin parar de emitir lujuriosos cánticos.
La oscuridad de la noche
ya nos rodeaba y empezaran a funcionar frontales, linternas y focos, para
facilitar la mejor obtención del material gráfico.
Todos disfrutábamos del
maravilloso espectáculo que se estaba produciendo ante nuestros, deleitándonos
con él.
Todo eran gritos de
sorpresa y llamando la atención sobre los descubrimientos que estaban
realizando en primera persona.
Otras obligaciones nos impedían seguir disfrutando,
debíamos volver al pueblo y tampoco podríamos disfrutar más tiempo de la compañía
de la visita de los integrantes del Colegio Oficial de Biólogos de C. V.
J. R. Casaña
Imágenes:
Vicente Sancho
David Candel Arbó
J. R. Casaña
Hola. La verdad que es impresionante cuando estás disfrutando del espectáculo en esas noches anfibias. Bonito ejemplar de gallipato!!!!! Un saludazo desde Zaragoza
ResponderEliminarUn gran espectáculo de la naturaleza.
ResponderEliminarAsí es, gracia spor tu comentario.
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