Pues si el color del monte
es verde y las amapolas siguen estando en él, pero el agua de las balsas y
navajos voló, voló.
La poca lluvia que ha
caído estos no ha nutrido las escuálidas balsas, los renacuajos empiezan a tener
problemas, habrá que solventarlos.
En La Balsa Calzón, la
cubeta de cemento le hace retener el agua algo más de tiempo, pero en sus
entradores no había señales de que hubiese corrido el agua.
En el Chariz de la
Balsilla he tenido una agradable sorpresa un metamórfico de corredor ha salido
a mi encuentro, con sus pasos rápidos, vendría huyendo de la sequía de la
Balsilla.
Después observando la seca Balsilla, me ha vuelto la tristeza de
la sequía tan grande que tenemos desde hace ya dos años.
El Prao seco, con
coloraciones verdes, pero ni una gota de agua en todos los sitios que
habitualmente la recoge.
El Navajo también seco,
muy seco, yo diría que sequísimo.
El espectáculo del Navajo
de la Cañá de los Charcos, muy similar, con gran cantidad de ceniza en su fondo
y sin vida excepto las siempre presentes notonectas.
En el Navajo de la
Montanera, salieron corriendo dos metamórficos de sapo corredor al acercarme a
ella, bastante vegetación acuática, pero no demasiado renacuajos.
En el Navajo de las Lomas,
seguramente la Sociedad de Cazadores le había puesto una cuba de agua, estaba
muy limpia y sin señales de escorrentías en su entradores, algunos renacuajos y
las sempiternas notonectas, la mañana no estaba reportando muchas alegrías.
Un Navajo que el año
pasado arreglaron la Sociedad de Cazadores, el de la Navarrilla, tenia agua y
en su interior había abundantes renacuajos de corredor y sapo bufo, que no creo
que tengas muchas posibilidades de subsistir.
En el Navajo del Poderoso
se me cayó el alma a los pies, seco, totalmente seco, si señales de entrada de
agua.
Ya había tenido bastante,
retorne con el ánimo alicaído, deseando que pronto vinieran aguas para paliar
la sequedad que tienen los Navajos y Balsas.
J. R. Casaña
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