La culebra bastarda es
ofidio de mayor tamaño de nuestra península, llegando a alcanzar tallas de
hasta 240 cm, su distribución es bastante amplia y ocupa gran parte de la
Península, el Magreb y noreste de Italia y sureste de Francia. Cabe destacar
que ha sido introducida en las islas de Ibiza, Formentera y Mallorca.
Su color es un tanto
variable y va desde un característico verde oliva hasta matices grises o parduzcos
siendo su vientre más claro, blancuzco o amarillento.
Los machos son
territoriales y poseen lo que se llama comúnmente como “silla de montar”, una
mancha negruzca en el lomo localizada en el primer tercio del animal.
Sus escamas supraoculares
son muy prominentes y eso junto a sus grandes ojos y su hocico puntiagudo le
proporciona un aspecto inconfundible.
Habita en gran variedad de
entornos, es frecuente encontrarla en medios agrícolas e incluso entre los
escombros, zonas de matorral y terrenos pedregosos.
Su alimentación se basa en
pequeños mamíferos, aves, saurios e incluso otras serpientes, llegando a
practicar el canibalismo.
Su reproducción empieza en
primavera, entorno a los meses de Abril y Mayo, la puesta consta de hasta 18
huevos que deposita en el mes de Junio, a finales de Agosto salen a la luz las
pequeñas bastardas, durante dicha etapa los machos combaten entre ellos.
Como la gran mayoría de
los ofidios peninsulares es una especie estrictamente diurna y terrestre,
manteniendo actividad desde Marzo hasta Noviembre.
Es una especie agresiva e
imponente, suele erguirse al sentirse amenazada y su bufido es fuerte, como
todos los animales, su mayor defensa es huir, no obstante, posee colmillos
posteriores provistos de veneno, siendo una de las pocas culebras venenosas de
la península, a pesar de ello, es totalmente inofensiva para el hombre y es
difícil que llegue a hincar dichos colmillos en una persona.
Estos animales han sido
muy perseguidos por el hombre, y a día de hoy siguen siendo mal vistas.
No mas lejos de la
realidad son animales inofensivos para nosotros.
Dados sus hábitos y
alimentación, ayuda a controlar plagas y es parte de la cadena trófica, siendo
además presa de la Culebrera española.
A menudo caen en efectos
trampa como albercas abandonadas y balsas, lugares de donde no pueden salir y
donde por desgracia, se introducen de forma accidental, el ejemplar de las
fotografías fue rescatado de un efecto del que no podía salir, para su suerte,
la encontraría en el lugar, bendita su suerte.
Recordamos una vez más que
su presencia es síntoma de equilibrio ecológico, una joya que nos brinda la
naturaleza y debemos proteger, sobre todo eso.
David Candel
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