Era por la tarde. Hacía mucho
calor. Pero era el momento de hacer lo que se pretendía. A ser posible,
fotografiar el gavilán, donde se decía que acudía a beber y bañarse. Y con esa
intención e ilusión, sin que importara el calor, que como he dicho, no era poco.
Después de pasar más de dos horas
de temperaturas bastantes altas, el gavilán, no ajeno a la elevada temperatura,
decidió acercarse al lugar que tenemos destinado para tal menester, como otras
aves que acuden a refrescarse y alimentarse.
Es un pájaro que pasa bastante
desapercibido por variadas razones fácilmente comprensibles. De ello depende su éxito y
supervivencia.
Se alimenta principalmente de
pequeñas aves, de ahí que se le considere un ornitófago por excelencia. Es muy
parecido al azor, de ahí que para los no muy avezados, sea fácilmente
confundible con frecuencia. El macho es de tamaño algo más pequeño que la
hembra.
Tiene unos ojos que impresionan y
una vista que todavía impresiona más,
así como un vuelo rápido que sobrecoge por la velocidad con la que hace pasadas
para capturar sus presas.
He presenciado en más de una
ocasión con qué precisión realiza estas acciones. Cuando se decide por una
presa, pocas veces sale sin éxito, sobre todo si son pajarillos. Puede parecer
cruel, pero la naturaleza se regula perfectamente siempre que el hombre no
intervenga.
Si fuera ornitólogo podría decir
muchas más cosas pero mi ignorancia me imposibilita hablar con conocimiento de
causa.
José L. Sanmiguel.
Información: Toni Polo (SVO)
Maquetación: Rafa Casaña
Efectivamente: es un piratilla difícil de observar. Bien aprovechado esta rara oportunidad.
ResponderEliminarGracias Manolo Ambou, por tu comentario
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