Mis amigos biólogos siempre me dicen que es bueno que
las balsas y navajos temporales, es bueno que se sequen, pero a mí me da mucha
pena.
La sequía es grande y quien no quiera verla es que está
muy ciego, lo único que ha salvado algo han sido las nevadas abundantes que
cayeron el 2 de marzo de 2013 y 24 de Enero de este año.
Hacía tiempo que no iba a visitar el Navajo de la Cova
Negra, está bastante apartado de las rutas habituales y no es fácil su acceso.
Como me temía estaba totalmente seco, cuarteado y sin
una pizca de húmeda, lógicamente no tenía ningún habitante acuático.
En frente a él se veía la carretera de acceso a
Alcublas, que bien se está rodeado de naturaleza, lejos del mundanal ruido.
La visita duró poco, no había ninguna actividad que
hacer.
Animado por reencontrarme con este navajo, decidí ir a
otro que hacia también mucho tiempo que no visitaba. El navajo de la Fuente del
Puerco.
Mi amigo Ángel Gálvez le llama de otra manera, pero a mí
me gusta ese nombre.
La dificultad de acceso era motivada por la caída
reiterada de árboles quemados del incendio.
Pero ahora su acceso es
practicable, entré por los Corrales de Lázaro y el monte es toda una alfombra
de pimpollos.
Sabía perfectamente que no
tendría ni gota de agua, pero siempre queda la esperanza.
No obstante el contemplar
cómo andan de bien los pimpollos te anima mucho.
Desde él se contempla
perfectamente la Masía de Cucalón en término de Altura.
Era día de recuperar
visitas no habituales y decidí ir a visitar la Clotxa del Tío Vicente el
Temprano.
No la encontraba las aligas se habían enseñoreado de su
entorno, al final mi acompañante Alba Canet, dio con ella.
Como era previsible también estaba seca. El día
maravilloso con buena compañía disfrutando de la naturaleza.
Pero las aligas pican mucho.
Rafa Casaña