Este roedor (como
las ratas, pero sin embargo el Ser Humano suele calificar a las ratas de
“asquerosas” y a las ardillas de “simpáticas”) está presente en aproximadamente
en la mitad Península Ibérica.
Descripción general:
Cat: Esquirol
Gal: Esquío Vas: Katagorri arrunta CC: 19 24 cm. Cola: 15 21 mm. Peso: 190
- 370 g.
Roedor arborícola
caracterizado por su larga y muy poblada cola, de pelaje dorsal rojizo y partes
inferiores blancas. Es uno de los
mamíferos que presenta mayor variedad en cuanto a sus coloraciones se refiere.
En España, el tamaño de las ardillas aumenta hacia el sur y son más pardos y
oscuros los ejemplares de los montes norteños.
Sus huellas (por otra parte difíciles de ver, por
su reducido tamaño y por estar el suelo de los bosques recubiertos de hojas de
frondosas o acículas de pino) presentan 5 dedos en sus patas anteriores (huella
más pequeña) y 4 en las posteriores algo más grandes (nunca superiores a 4 cm.)
Aunque tampoco es probable que encontremos sus
excrementos (a no ser que observemos el interior de un nido) esta es la forma
aproximada de sus deyecciones:
La librea suele oscurecerse en invierno, estación
en la que las orejas están rematadas por llamativos penachos peludos.
Los jóvenes son más bermellones que los adultos.
Se han descrito siete subespecies peninsulares,
basándose en diferencias de tamaño o color situación taxonómica discutible. No
obstante, aquí me centro en el grupo que podemos ver en la C.Valencana que es el Alpinus: pequeñas ardillas oscuras, con
dos fases de Color (negra y rojiza) bosques del Pirineo, Montaña Cantábrica y
Sistema ibérico
Costumbres:
Especie diurna, magnífica trepadora, con su cola
ondulante. Desciende del tronco en trayectoria sinuosa. (dando vueltas al tronco
en espiral) de forma algo errática, con el rabo recto, haciendo frecuentes
paradas en las que vigila erguida sobre los cuartos traseros con las orejillas
tiesas y el hocico olfateante.
Intenta pasar desapercibida inmovilizándose plana
sobre la corteza o situándose en la cara del tronco oculta al observador. Muy
Chillona, escuchándose de lejos en el bosque su “castañeteo” algo así como”chuk
–chuk –chuk”.
Conducta solitaria excepto en época de celo y
cuando las hembras tienen a sus pequeños. Lo que ocurre en primavera/principios
de verano, tras 28 días de gestación nacen entre 2 y 5 (máximo 7) crías,
pudiendo tener hasta 2 camadas al año.
Hace nidos en las copas, (varios, para poder
cambiar de refugio si se siente amenazada) por lo general a bastante altura
(más de 8 m),
compactos, esféricos, de unos 30
cm de diámetro, anclados en una bifurcación del ramaje
cercana al fuste. El revestimiento externo es de palitos y la Cavidad Central
posee un mullido forro de hierbas, musgos y líquenes.
Especialista forestal, adaptada a las frondosas eurosiberianas
(roble, haya, Castaño) y a todo tipo de coníferas (abeto blanco, pinos,
alerces) y bosques mixtos. Lo que significa que es bastante oportunista en
cuanto a su alimentación.
Puede
colonizar pinares “isla” (aislados de la masa principal) gracias a su capacidad
de atravesar terrenos desarbolados:
como
ocurriera en la colonización de Sierra Nevada a partir de animales liberados en
Laujar de Andarax, en 1977. No Ocupa los encinares. Recientemente, se han
soltado ardillas rojas en numerosos parques ciudadanos, (donde se han hecho
todas las fotos que ilustran este artículo)
en zonas
forestales, faltando del sector Sudoccidental, sin poblar ni Baleares ni
Canarias. Su abundancia es muy variable, con máximas poblacionales al final del
verano y aumentos de densidad las temporadas de abundante cosecha de piñas.
Especie No
Amenazada a nivel global en Europa, dado que –como ya he comentado al principio-
el Ser Humano aprecia su gracilidad y monerías.
Si bien, en
Gran Bretaña la introducción de 350 ejemplares de otra especie de ardilla -la ardilla
gris (Sciurus carolinensis)- procedente
de Norte América- en el año 1889 provocó que hasta la década d los 60 del siglo XX la
ardilla roja estuviese en retroceso en las llanuras con bosques caducifolios y
los parques urbanos cerca de la costa, pero la ardilla roja resistió en
latitudes más septentrionales y en los bosque de coníferas de las montañas a
día de hoy parece que ambas especies coexisten en equilibrio.
Tal ha sido su buena adaptación en
algunos parques y jardines, que ha llevado a bastantes ejemplares -como los de
las fotos que ilustran el artículo- a ser muy confiados y acercarse a
distancias realmente “peligrosas” para ellas, pero que posibilitan el obtener
buenas fotos.
En este caso concreto las imágenes han
sido obtenidas en el parque municipal “l’Eixereta” (una pinada con árboles de
diversas edades y especies, así como abundante sotobosque) de Burjassot, muy
próximo a Godella, donde se dan posiblemente, las mejores condiciones de todo
el municipio para que, la colonia de ardillas introducida se haya mantenido, a
pesar de bastantes muertes iniciales a “garras” de los gatos domésticos y
asilvestrados, pero ya se han observado juveniles varios años; así que el
futuro de esa colonia (al menos a medio plazo) parece alentador."
©
Paco
Micó