Debido
a los daños colaterales del incendio forestal en Alcublas, nos había impedido
llegar a él, durante bastante tiempo.
Los
árboles caídos nos impedían acercarnos, pero la visita de Xavi Puig y David
Candel que no lo conocían, me hicieron ir a verlo o al menos intentarlo.
Antes
habíamos visitado la Balsa de la Mina, en la que pese a la poca agua seguían
viviendo, nuestro queridos amigos los Gallipatos. Su resistencia es épica.
Continuamos
por la Balsa Silvestre que estaba muy menguada para la fecha en la que nos
encontramos, muy lamentable, la sequia es muy grande.
Prueba
de ello es la Balsilla que visitamos posteriormente y que estaba dolorosamente
seca. Veremos se sale adelante el proyecto de recuperación de la misma.
Queríamos
comprobar cómo seguían las mejoras en los aportes de agua a la Balsa de la Pedrosa,
aunque no había llovido, si que había hecho mucho viento.
Pero
estaba aceptablemente llena y para nuestra sorpresa tenía varias de Bufo spinosus, extrañas en esta época
del año, pero el tiempo ha enloquecido.
Algunas puestas estaban empezando a secarse
pues el agua había descendido y tuvimos que acercarlas al liquido elemento.
Ojala no se pierdan.
Nos
dirigimos hacia el Navajo Royo, su nombre se debe a la tierra que lo rodea de
color rojo intenso.
Tenía
agua, lo cual nos alegro, en el muestreo que realizamos encontramos un habitante
que muerde con fuerza el Dytiscus
marginalis conocido popularmente con el nombre de escarabajo buceador. No
acercaros a sus mandíbulas.
El
día era esplendido, empezaba la calor, decidimos acercarnos al Navajo del
Collao Gabarda que también tenía agua y un monto de renacuajos sobrevivían en él.
Una pena pues la cantidad de agua que quedaba no les auguraba mucha vida.
Rafa
Casaña
Imagenes:
David
Candel
Rafa
Casaña.