Este pequeño pajarillo que
habita en nuestros bosques tiene una apariencia inconfundible, gracias sobre
todo a su característica cresta triangular y apuntada de plumas blancas y
negras que pliega y despliega a voluntad.
Su cara también es un característico juego de
bandas blancas y negras.
El dorso, las alas y la cola son de color
pardo oscuro que contrasta con los flancos, el pecho y el vientre de un tono
gris- canela muy apagado.
Suele anidar en oquedades
de los troncos, aceptando con facilidad cualquier nido artificial que reúna un
mínimo de condiciones.
Es un ave sumamente inquieta lo que dificulta
enormemente su fotografía.
Esta es un ave sumamente salvaje y
afortunadamente no es apreciada ni por su canto ni por su valor
gastronómico por lo que no es objeto de
caza o capturas de manera intencionada.
Salvador Viadel
Nunca había visto a este
simpático pajarillo. Pero hace un tiempo lo conocí y quedé impresionado por sus
encantos qué con tanto interés, oculta para protegerse. Pasa bastante inadvertido por sus costumbres de estar casi siempre
entre los árboles buscando alimento y al mismo tiempo intentar no ser visto a
miradas que le pueden ocasionar problemas en su seguridad ante cualquier
enemigo.
Es de talla menuda, muy
rápido y de movimientos precisos, de mirada vivaz, y yo diría que inteligente.
Sus ojos pardo rojizos le dan más viveza a su
expresión de pajarillo de aspecto simpático. A pesar de estas condiciones me
parece bastante confiado cuando no detecta peligro, pues acude a posaderos
artificiales si se le pone comida en momentos invernales cuando ésta escasea.
Suele aceptar nidos
artificiales para su reproducción. Permite acercarse bastante al mismo, en los
momentos de alimentar a su prole, lo que resulta interesante para poder
fotografiarlo con cierta “facilidad” no exenta de dificultades, por su rapidez
de movimientos.
Tiene un plumaje que
predomina el marrón en diferentes tonos, con zonas y franjas en el cuello y en
la cabeza de color negro.
Lo más llamativo de su
plumaje es una cresta en la parte posterior de la cabeza que le hace
inconfundible a la vez que gracioso.
Se alimenta de diferentes
insectos, semillas y arañas.
Un pajarillo que como
todos, debemos proteger y conservar.
José L. Sanmiguel.
Pequeña ave insectívora
muy localizable por su cresta de plumas vistosas.
Su hábitat natural suele
ser los bosques de coníferas, encinares y bosques frondosos, habitual y
residente en la Península Ibérica.
Gran parte de Europa lo
alberga de los Urales a Escandinavia y la Península Ibérica.
En las depresiones grandes
y en las zonas desérticas o semidesérticas es muy escaso. Tampoco se encuentra
en los dos archipiélagos.
En Portugal y España se
encuentran dos subespecies: en el centro y norte peninsular mitratus y en la parte suroccidental weigoldi, algo más oscura y pequeña que
la otra.
En las Islas Británicas se
reduce su presencia a bosques de Escocia, donde es residente y no migratorio.
Bastante sedentario,
aguanta en zonas altas si no hay muchos temporales invernales. Su población en
España se sitúa entre 860.000 y 1.5 millones de parejas, según los datos del
Atlas de las Aves Reproductoras de España (2003).
En el año 2000 el cálculo
de población en Europa se estimaba entre 4,1 a 17 millones de parejas. La mayor
población se mantiene en Galicia, Pais Vasco y Cataluña, bosques del Sistema Ibérico,
Montes de Toledo, Sierra Morena, Levante y Murcia.
Su canto es similar al habla
con un constante zee, zee, zee.
Antes se le atribuía el
género Parus, pero ahora se le
incluye en Lophophanes.
Es una especie forestal
beneficiosa para el hombre y los bosques debido al control que ejerce sobre las
plagas forestales, incluyendo la procesionaria del pino, de cuyas larvas se
alimenta. De ahí que sea importante el favorecerla mediante la instalación de
cajas anideras.
Imágenes:
Salvador Viadel y José
Luis Sanmiguel
Fuentes:
Toni Polo
Carlos Micó
http://www.seo.org/ave/herrerillo-capuchino/
http://es.wikipedia.org/wiki/Lophophanes_cristatus
Maquetación:
Rafa Casaña.