Creíamos que después de ver la mayoría de charcos temporales secos y con sus habitantes devorados por las hormigas y las aves, no detectaríamos más Isauras, pero no fue así al llegar al Prao, una nueva sorpresa nos esperaba.
Si efectivamente los charcos estaban secos y cuarteados, ni rastro de agua, no había posibilidad de vida.
Pero de repente vimos un pequeño hueco en la tierra que si contenía el preciado elemento, sobre todo en estas tierras de secano, siempre sedientas.
Preparamos los aparejos y nos pusimos a investigar los posibles habitantes de ese pequeño espacio con agua.
Y si, si, las Isauras mayeti estaban allí en un exiguo especio con agua, nadaban como es costumbre en ellas, hacia fuera y hacia dentro.
A veces cogiendo a sus congéneres y sacándolas de paseo, formando una curiosa “T”.
Esto acontecía el día 19 de Julio del año pasado y estábamos en verano.
Seguramente la próxima vez que vayamos ya estará todo seco.
Gallipato Alcublano
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