Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 5 de abril de 2012

La caza.


Desde tiempos muy, muy remotos el ser humano necesitaba cazar para alimentarse. Con toda certeza en esos momentos a los que me refiero, no tenía otro medio para hacerlo.
Y la manera de hacerlo era de de poder a poder y en muchas ocasiones con enorme desventaja, por tener que enfrentarse con animales más fuertes que el.
Y de disponer de artilugios muy primitivos. También que su inteligencia en aquella época no estaría muy desarrollada acorde con aquellos momentos de su vida.
Como es normal, lentamente evolucionó.  Perfeccionó herramientas y utensilios. Sus técnicas de caza, y por lo tanto mejoró en efectividad y en resultados.



Tenía como es de suponer una enorme necesidad de hacerlo, pues de ello dependía su progreso y subsistencia.
Por eso, el ser humano posee el instinto de cazar. También en aquellos tiempos tenía la necesidad de alimentarse y todavía la tenemos. Mientras la ciencia no encuentre en otra forma de alimentarnos.
Pero desde entonces su inteligencia no ha dejado de evolucionar un solo instante. En aquellos tiempos deambulaba semidesnudo, vivía en cuevas o chozas precariamente fabricadas y utilizaba herramientas rudimentarias de muy poca efectividad.
Pero en estos momentos existen todo tipo de armas imaginables y lo que no podemos imaginar.



Por todas estas cosas y muchas más, no soy capaz de entender a ciertos cazadores de hoy en día. Y quiero decir con respeto que es lo que no entiendo de algunos. Lo que no puedo entender es, ese afán de salir a disparar a todo lo que se mueve por el campo. ¡No todos! Menos mal. A si me costa en conversaciones mantenidas con ellos.



En mi opinión llevan demasiados perros, llevan armas y con ello dan pocas oportunidades a los animales y algunos de ellos – pocos- disparan a especies protegidas. Y me pregunto; ¿Para que?
¿No sería más conveniente y creo que divertido, para aquel que tiene esa afición salir a cazar con un bastón para apoyarse, con menos perros y sin armas?



De esa modo se daría más posibilidades a la “caza” y se enfrentarían de igual a igual y a si disfrutar- los que a si disfrutan- de ver como se establece esa lucha entre perros y los diferentes animales que se puedan encontrar. Valorar si el perro adquiere y mejora en habilidad y actitud. Como también el cazador en estrategia.



También, se disminuiría las piezas cobradas. Teniendo en cuenta que no son necesarias en esta época para alimentarse. Y aumentar a sí, el número de caza disponible. Y con ello las veces a los que a si se divierten de ver las habilidades de los diferentes animales en litigio.



¿No es más bonito según he oído decir de los mismos cazadores, ver como corre el perro detrás del Conejo o la Liebre, o levantar la Perdiz y apreciar cual es el más hábil fuerte e inteligente, en esa lucha a muerte que no reventarlo de un tiro?
También, estoy seguro que tanto los perros como los animales silvestres, aumentarían sus habilidades, precisamente por esa igualdad de condiciones. Pues, el que cae de un tiro no aprende.



Piénsenlo señores cazadores.  Disfrutarían más, por que se crearían infinidad de oportunidades de presenciar esas emocionantes corridas entre perros y animales silvestres y se vería esa bonita imagen con más frecuencia del perro inmóvil como si fuera una estatua. Con su pata delantera encogida diciendo casi a gritos de forma silenciosa que ha encontrado algo que solo él sabe donde.
A la vez, serán más respetuosos con el medio ambiente y cosa muy importante; Las armas en las manos de las personas siempre son peligrosas.
Necesitamos en nuestro medio ambiente que haya muchas aves y avecillas y otros animales pues se alimentan de de insectos y simientes. Bastantes agresiones tienen por parte de todos.
No baya a pasar como en cierta región de China que mataron a los pájaros por que se comían las cerezas y luego, tuvieron de nuevo que implantarlos pues lo insectos lo destruían todo.
Y a sí, también, habrá más gente feliz.

                                           José L. Sanmiguel.

Imágenes:
Salvador Viadel
José L. Sanmiguel
G. C.
http://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_rupestre

domingo, 1 de abril de 2012

El perca sol (Lepomis gibbosus) (Linnaeus 1758)


 
Especies invasoras (XXIII)

 
Este pez se le puede pescar en l’Albufera y se ha naturalizado en varios sitios como en la cuenca del Xúquer (Polinya de Xúquer, Tous, río Albaida...), y el marjal de Xeresa-Xeraco.

Fue introducido en la Península Ibérica por primera vez en 1910-1913 en el Lago de Bañolas, y en la cuenca del Guadiana a finales de los años setenta. Actualmente se encuentra distribuido por todas las cuencas españolas. Es una especie invasora que se ha extendido con gran rapidez, por intereses deportivos de algunos y silencio de otros.



Su cuerpo es alto y comprimido de hasta 30 cm, tiene una aleta dorsal con 10 o 12 espinas y una anal con 3 espinas. Tiene la boca pequeña y los machos son más vistosos que las hembras.

Sus costumbres son gregarias, excepto en la época de la freza, los meses cálidos de mayo a julio, los machos defienden su territorio con violencia y se convierten en muy territoriales. El macho excava el nido donde la hembra puede depositar hasta 40.000 huevos, pudiendo cuidar al mismo tiempo varias puestas.



Es muy sibarita y devora los huevos y larvas de otras especies, esto lo hace muy dañino para las especies autóctonas.

Muy ubiquista. Prefiere aguas estancadas o de corriente débil de lagos, lagunas, embalses, charcas, estanques, acequias de riego y remansos de ríos. Especie originaria de Norteamérica, situándose desde Canadá a Carolina del Sur, e introducida en muchos otros lugares



Especie muy perjudicial al causar graves desequilibrios en las zonas que los sueltan, causando la extinción de especies autóctonas de gran interés.



No nos cansamos de repetir el daño que hace a la naturaleza, la introducción de especies invasoras, por intereses bastardos.

Fuentes:
Gallipato Alcublano
http://es.wikipedia.org/wiki/Lepomis_gibbosus
http://www.mediterranea.org/cae/divulgac/peces/percasol.htm