Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

martes, 19 de noviembre de 2013

Galba truncatula (Müller, 1774)


No es nuestro primer encuentro con caracoles acuáticos, ya el 17 de febrero del 2012 hablábamos de la Physella acuta, que de ahora en adelante  llamaremos Haitia acuta, cambio recomendado por nuestro amigo y colaborador Juan Rueda Sevilla. 
El mismo que tuvo a bien indicarnos el nombre del caracol del que os hablaremos hoy la Galba truncatula, que la encontramos junto con la  Haitia acuta en el abrevadero del Balsón.


Que sorpresa de vida nos deparan los espacios con agua, yo creía, equivocadamente, que los únicos caracoles de Alcublas eran los terrestres y mira por donde tenemos dos clases de caracoles acuáticos.


Allí en el abrevadero del Balsón estaba junto a larvas de mosquitos y Efímeras, disfrutando del líquido elemento.

La Galba truncatula es un molusco de concha que tiene entre 5-9 x 2-4.5 mm de tamaño, con 5 o 6 vuelas de espira, con separación muy clara.

Es un molusco semiterrestre, que generalmente vive en bosques pantanosos y prados húmedos y en este caso en abrevaderos sobre plantas acuáticas, pero siempre en lugares muy húmedos cuando está fuera del agua. Tolera hasta un 9.6 pH.


Su puesta suele ser de entre 12 a 20 que deposita en grupos redondeados, puede hasta poner tres veces al año dependiendo del clima.

Se cree que es nativo de Europa, aunque está ampliamente expandido.
Hasta hace poco, esta especie era conocida como Lymnaea truncatula.


Aunque de apariencia inocente es portadora de la Fasciola hepática, la duela del hígado que al ser absorbida por el ganado, se instala en los canales biliares y vesícula del los herbíveros, pasando en la ingestión de la carne al hombre.

Es la causante de una de las parasitosis más difundidas del ganado, la fascioliasis o fasciolosis, que es considerada como una de las enfermedades parasitarias más importantes del mundo de los rumiantes domésticos.

La vida tiene estos intrincados caminos.

Juan Rueda Sevilla

J. R. Casaña