Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 10 de mayo de 2012

El Centro Excursionista de Chelva nos visita.



 Llevábamos tiempo en conversaciones el Centro Excursionista de Chelva (Juan Antonio Fernández) y el Gallipato Alcublano (J. R. Casaña) para girarnos una visita y conocer nuestras Balsas y Navajos, pero sobre todo conocer a nuestro querido gallipato (Pleurodeles waltl), por fin fijamos fecha, el 28 de Abril.

Quedamos en la alamedita de Santa Bárbara; presidida por su nuevo personaje, un avión, a las 10 de la mañana. Con puntualidad fueron llegando los integrantes de la marcha, teníamos gente de Alcublas, Chelva, Calles, Quart y Valencia y también niños, personajes muy importantes.


 
Planteamos la ruta a seguir y la trayectoria del día, sugiriendo Rafa “Molina”, que podíamos ir a comer a Las Dueñas, todo un regalo.
Concretamos la logística y partimos hacia nuestra ruta. Éramos 28 o 30 los participantes.


La primera parada fue en el chariz (1) de San Agustín, explicando la construcción del mismo y su utilización, la vida que albergan y aclarando las dudas surgidas.
Reemprendimos el camino por el sendero PR-105, la animada charla hacia que poco a poco nos fuésemos conociendo. El día acompañaba y el camino no era excesivamente duro.


 
Llegamos al Navajo de las Cañadillas, donde no había mucho agua, viéndose cantidad de renacuajos de sapo común (Bufo bufo), preocupados, sobre todo los niños, por la cantidad de renacuajos y la poco agua que contenía su cubeta, nos plantearon la posibilidad de trasvasarlos a otra balsa, explicándoles que estas cosas no se deben hacer, pues no sabemos las repercusiones de hacerlo.


 
Proseguimos por el sendero PR-105 hasta llegar a la corraliza de los Silvinos-Tiesos, donde les explicamos lo concerniente al comercio de la nieve en Alcublas, viendo las carrilas (2), marcadas en el suelo, las preguntas surgían y eran contestadas, pero sobre todos los niños no les importaba excesivamente el comercio de la nieve y salieron corriendo hacia la Balsa Silvestre.
Allí les teníamos esperando una sorpresa, el día anterior habíamos rescatado de un efecto trampa cinco gallipatos y los dispusimos en una pecera, para disfrute de pequeños y grandes. Los fotógrafos pusieron en marcha sus cámaras y los disparos a los gallipatos se sucedían, los niños los querían tener y observarlos mejor, aunque alguno ando algo remiso. 


Fuimos detallando las actividades del Gallipato Alcublano e hicimos varios muestreos, para explicar a los niños y grandes los habitantes que pueblan las balsas, nos salieron Odonatos, Hygrobia hermanni, Notonectas, Ninfas de libélulas, renacuajos,  quironomidos. Quedaron sorprendidos de la cantidad de vida que tienen las balsas.


Entre tanto almorzamos, pero seguíamos disfrutando de los descubrimientos que nos deparaban los bichicos. Los niños hacían sus pinitos de biólogos buscando vida en las balsas. Debíamos de seguir y con gran ceremonia, reintegramos a los gallipatos díscolos a su hogar. Los maestros de ceremonia fueron los niños, también devolvimos a la balsa todos los muestreos.


Pasamos a visitar la calera (3) que se encuentra en las inmediaciones de la Balsa Silvestre, explicando los usos de la cal y su proceso de fabricación, así como las normas para poder realizar hornadas. Demostrando gran interés, pues debido a su no utilización actualmente, era desconocido por la gente mas joven.

Nuestra siguiente visita fue al Navajo de la Roza, asesorados por gente de Alcublas que nos acompañaba, pues teníamos dudas si el nombre era en singular o plural, gracias por la aclaración.


Este Navajo es un ejemplo de cómo se recuperan los puntos de agua que se hacen nuevos, si están bien ubicados, pues aunque sean de cemento la tierra de arrastre, regenera el fondo haciendo que la biodiversidad se recupere, creciendo plantas y recibiendo vida de anfibios e invertebrados.
Tocaba regreso al pueblo para recuperar los coches y que la gente que no venia a comer, pariese hacia su destino. Nos despedimos de ellos y partimos hacia las Dueñas, donde la logística había funcionado a las mil maravillas y prácticamente ya teníamos la yanta casi lista.


 
La comida transcurrió placidamente, después de la caminata, hablamos del lugar donde nos encontrábamos y apreciamos su singularidad. Pues Rafa “Molina” nos había enseñado todos sus rincones.
De repente apareció la lluvia, bendita lluvia, y claro nos vimos obligados a prolongar la sobremesa, donde se debatieron proyectos e ideas sobre la Serranía, es estupendo el aunar proyectos e inquietudes.
Nos dio tiempo, antes de despedirnos de visitar el Prao, que seguimos luchando para que sea declarado “Humedal de interior”, admirando las sabinas que en el se encuentran, valorando su singularidad, retomaremos este tema tan interesante.


 
Persistía la lluvia y tocaba el momento de las despedidas, pero quedaban abiertas posibilidades de colaboraciones futuras.

Nuestro agradecimiento al Centro Excursionista de Chelva, pero esta visita tan agradable.


(1) Abrevadero según la lengua de Alcublas.
(2) Marcas dejadas por los carros que transportaban la nieve.
(3) Denominación en desuso de la comida de mediodía, en Alcublas.

Gallipato Alcublano
J. R. Casaña

lunes, 7 de mayo de 2012

Isaura Mayeti ha vuelto




Si las estábamos esperando desde hacia algunas semanas y debido al tiempo no podíamos disfrutar de su presencia.


Este concostraceo, que según los investigadores aparecía por el mes de Abril, este año se ha retardado un poco y nos ha visitado casi en mayo.


Como siempre lo encontramos en un charco temporal en el que la vida era muy abundante, a los branchipus schaefferi, chirocephalus diaphanus, triops cancriformis este año se le han añadido un sinfín de Daphnias, pequeñísimas, casi imperceptibles a simple vista.


Pero si ellas estaban en el agua con su incesante movimiento de dentro a fuera y de fuera a dentro.


Su coloración era bastante más pálida que las del año avistamos el año pasado.


No tenían algas adheridas a su cuerpo, quizás eran muy recientes y no le había dado tiempo  a crecer.


 
No eran abundantes, lo que nos hace pensar que quizás las condiciones no son todo lo buenas para que eclosionen mas huevos.


 
Pero nos llevamos una alegría al verlas vivir en esas aguas exiguas, rojizas y en las que nunca piensas encontrarte tal cantidad de vida.


Esperemos seguir avistándolas mas veces.


Gallipato Alcublano