Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

martes, 28 de febrero de 2017

La vida volvió a las balsas y navajos de Alcublas

Habíamos contactado con David Rodríguez, biólogo paleontólogo, para enseñarle el término, pues tenía que hacer un trabajo sobre los fósiles de Alcublas.

Tema que igualmente nos apasiona, así que quede con David Candel y fuimos al encuentro, de paso, de nuestras balsas y navajos.


Parada obligatoria fue la Balsa Calzón que nos parecía excesivamente llena de pan de rana. Aunque su entorno estaba muy bonito con los almendros en flor.


Una vez producido el encuentro y después de trazar un itinerario, partimos hacia el Navajo de las Lomas, el cual tenía bastante agua pero no habían signos aparentes de vida. David Rodríguez tomaba notas y muestras de los alrededores.


La próxima parada fue el Navajo de Junco I, que también estaba bien surtido de agua y había algunos renacuajos de parteros y corredor, así como abundantes Notonectas. Los pimpollos toman ya forma de árbol.


Nuestra sorpresa en el Navajo de Junco II, fue grande un sapo moteado, 
Pelodytes punctatus (Daudin, 1802) también cuatro sapos corredores Epidalea calamita (Laurenti, 1768), lo sorprendente era que uno de ellos no tenía la raya amarilla en su lomo.
El tiempo pasaba deprisa nuestro invitado David Rodriguez, seguía tomando muestras y sorprendiéndonos la cantidad de fósiles, que encontraba, como se nota los profesionales.


Seguimos hacía el Navajo del Barranco del Agua, tenía bastante agua pero había poco vida en su interior, si exceptuamos las sempiternas Notonectas.


No pudimos continuar nuestro camino, pues los árboles caídos siguen tapando los caminos, aunque en este caso poco podemos hacer ya que estábamos en terreno fronterizo entre Alcublas y Altura y estos caminos correspondían al término de Altura.


Nuestro siguiente objetivo era el Navajo de la montanera, rota su imagen por la desaparición del Pino que le proporcionaba algo de sombra, debido al incendio forestal. 


Encontramos algunos Triops cancriformis, con sus correspondientes mudas.


Teníamos que parar a comer, aunque lo hicimos en el Navajo de la Caña de los Charcos, donde nunca nos defrauda la presencia de Triops Cancriformis, son abundantes y de gran tamaño.


Sin sentarnos comimos y disfrutamos del silencio que nos envolvía.

Nos quedaban pocas horas de luz y nuestro recorrido debía de seguir.

Llegamos a la Reserva de Fauna del Prao, preferiríamos lo hubiesen declarado HUMEDAL DE INTERIOR, pero no fue así la foto primó.

Estaba con mucha agua y el momento era mágico, el sol empezaba su ocaso.

El Navajo del Prao nos deparó la sorpresa de tener en su interior a Chirocephalus diaphanus (Prévost, 1803), llevábamos mucho tiempo sin encontrarlos, buenas noticias para Paula Carolina Rodríguez Flores, pues conocemos su interés por ellos. Eran abundantes, asi como los Branchipus schaefferi (Fischer, 1834).

Mientras David Candel rescataba un sapo partero (Alytes obstetricans), de un efecto trampa, también muestreando algunos sapos corredores Epidalea calamita. No para siempre en busca de anfibios.

La belleza de El Prao nos sobrecogía, pero debíamos seguir, nos quedaban algunas visitas.

La Reserva de Fauna de la Balsa Silvestre tenía bastante agua, no tanta como nos hubiese gustado, el sol ya casi no nos acompañaba, debíamos de acabar o nos envolvería la obscuridad.


Nos llevamos una alegría al observar que la Balsilla tenia abundante agua, Angel Galvez nos comunicó que había encontrado Gallipatos en ella, muy buenas noticias a la espera de que se puedan hacer las mejoras solicitadas a la Diputación de Valencia.

Una jornada muy interesante cabalgando entre biología y paleontología.
Agradecemos a David Rodriguez, David Candel y Angel Galvez esta estupenda jornada.

Rafa Casaña.

Imágenes: Rafa Casaña y David Candel.