Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

sábado, 28 de abril de 2012

El abundante petirrojo (Erithacus rubecula)

 
Una mañana de mediados de Febrero estábamos Carlos (mi sobrino) y yo, esperando en el embarcadero del puerto de Catarroja a unos ornitólogos para ayudarles a anillar, y mientras matábamos el tiempo sentados en el coche empezamos a  ver bastante movimiento en las ramas todavía sin hojas de unos ¿nogales? Una gran cantidad de pajarillos moviéndose en un rápido ir y venir al comienzo de la jornada.

  Al principio y sin prestar atención, pensé en gorriones, pero por el rabillo del ojo vi que la forma del cuerpo y la manera de volar no era la de esta ave tan común casi en cualquier lugar, por lo que al fijarme mejor pude darme cuenta que los individuos que no paraban –posiblemente para entrar en calor en una mañana bastante fría- de volar eran petirrojos, así que bajé la ventanilla para intentar hacer alguna foto de esta simpática y colorida especie insectívora cada vez más frecuente en parques, jardines y otros lugares con arbolado y cierta presencia humana, aunque por supuesto también se encuentran en plena naturaleza.

  Ya al abrir el cristal y oír su característico canto, (una especie de “chasquido “con un leve toque metálico que suena algo así: “Tic-ic-ic-ic” y luego se corta en seco y vuelve a empezar; que nos recuerda, cuando lo repite varias veces, a cómo suena un reloj de juguete) se me disiparon las mínimas dudas que aún pudiese tener sobre la identificación de la especie, sin duda eran petirrojos.
  Por supuesto, si en la cercanía de las charcas existen árboles o arbustos de cierto porte tampoco será difícil encontrarnos con ejemplares de esta especie.  



Descripción general de morfología y costumbres.

  En realidad y como se puede apreciar el pecho no es “rojo” si no más bien naranja, pero bueno…
Y en este caso, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las aves, no es solo el macho el que exhibe esa coloración,  dado que esta se encuentra presente en los dos sexos una vez llegan a adultos, siendo -al menos para mí- prácticamente imposible diferenciar un sexo de otro.
  El petirrojo es, seguramente, uno de los pájaros en los que la curiosidad se encuentra más desarrollada. Muchos de nosotros nos hemos visto sorprendidos cuando, tras unos minutos de trabajo invernal en el jardín, removiendo tierra, cavando o podando alguna zona, hemos recibido la visita de esta ave que, desde un apostadero cercano, arbusto, poste o cerca, espera nervioso a que terminemos nuestra tarea para abalanzarse sobre la zona trabajada para buscar alimento.

El petirrojo también llamado pit-roig en Cataluña y txantxangorri en el País Vasco, es un ave paseriforme de la familia de los Túrdidos, vulgarmente llamados tordos. En esta familia también se incluyen las collalbas, tarabillas, zorzales, ruiseñores, colirrojos, roqueros y mirlos.



Este pajarillo de unos 15 cm de altura, es rechoncho, marrón uniforme en las partes superiores, rojo anaranjado en el cuello, cara y pecho y vientre blanquecino. Los jóvenes, hasta que mudan por primera vez sus plumas, son de color gris-pardo moteado. Tiene las patas delgadas y largas y los ojos grandes y negros, lo que le confiere un aspecto amigable. Y sin embargo, el petirrojo tiene un espíritu belicoso, ya que son aves que defienden violentamente su territorio frente a otros de su misma especie, sobre todo en época de cría
Se alimenta de insectos, lombrices y pequeños invertebrados, que busca dando saltitos por el suelo, para lo cual utiliza su fino pico tan diferente del pico grueso que poseen los granívoros como el gorrión o el jilguero. No obstante, en invierno amplía su dieta a semillas, bayas y frutos, e incluso no desdeña picotear restos de pan colocados en un comedero en el jardín.

Más frecuente en invierno

Durante los meses fríos es más frecuente observar a los petirrojos en nuestra Península debido a la migración que éstos realizan a finales de agosto desde zonas europeas para pasar el invierno, con lo que la población que vive sedentaria en nuestro país se ve incrementada por estos visitantes que acuden en busca de lugares más cálidos. Migran de noche y descansan y reponen fuerzas durante el día, aunque en este viaje muchos pierden la vida presa de los cepos y los cebos envenenados que les esperan en los sotos y bosques, a pesar de ser totalmente ilegales.
En los meses primaverales los petirrojos se muestran más esquivos y es mucho más difícil observarlos ya que la cría empieza a finales de marzo y continúa hasta primeros de junio. Cría en bosques espesos de pinos o robles con o sin matorrales y ocasionalmente en plantaciones, huertos y jardines. Hace su nido en agujeros de tocones de árboles o a baja altura en los troncos, en taludes, entre raíces o matorrales bajos y en ocasiones, en paredes de edificaciones. El nido lo construye la hembra y está formado por un tazón fabricado con hojas secas, hierba, musgo y raíces finas
Los jóvenes nacidos en primavera son pardos con el pecho moteado de amarillo parduzco y adquieren el tono definitivo del pecho a finales del verano.
Es una especie no muy grande (dentro de lo”grande” que puede llegar ser cualquier especie de la Familia de los paseriformes) y de aspecto más bien “rechoncho” aunque no de forma exagerada.
De costumbres discretas, pero no tímido se desplaza por el suelo con saltos largos y observa con el cuerpo erguido para luego volver a inclinarse.




En esta especie insectívora (y por lo tanto beneficiosa para el Ser Humano), el rojo es una señal de alarma, mientras que en los colirrojos, el color de su cola es sólo un medio primitivo de reconocimiento.
 La visión de otra pechera roja provoca en el petirrojo una serie de actitudes de intimidación que se acentúan hasta que uno de los protagonistas huye, por lo general, antes de llegar a la lucha. Tanto es así que si se ve el mismo reflejado en alguna ventana arremete contra lo que él cree un intruso. El canto delimita el territorio y evita conflictos. Las hembras cantan solamente en invierno, período en el cual defienden un territorio propio.

A pesar de ser una especie protegida en toda la UE por el hecho de ser insectívora, es cazada de manera ilegal en “els paranys” ya que evidentemente, -y a pesar de lo que dicen los defensores de esta práctica de caza no selectiva- cualquier ave que caiga en la “liga” que usan para que los zorzales  (o tordos) se queden pegados en las varillas de la trampa hace que el ave (sea de la especie que sea) también acabe con el plumaje lleno de este pegamento hecho con muérdago entre otros ingredientes, y al no poder volar mueren, bien sea depredados por otros animales o por inanición.

En definitiva, es otro de esos animales que sabemos que existen, pero que, en general parece que no son lo suficientemente importantes para pararnos a prestarles la atención que merecen; aunque solo fuese porque como he comentado, nos ayudan a mantener controlados a los prolíficos insectos de manera completamente natural.



  
 Y aún a pesar de todo lo que los humanos somos capaces de hacerle a esta especie (y otras muchas) nos vemos recompensados -como ya he comentado- por la cercanía e incluso la curiosidad que  nos demuestra, ya que en general, estos animales suelen ser ejemplares bastante confiados (prueba de ello son las imágenes que acompañan a esta pequeña narración, obtenidas todas en parques y jardines; aunque evidentemente también he podido disfrutar de la compañía de petirrojos en mis excursiones al campo).


Y ya para terminar y como curiosidad:

Su nombre en inglés es “European Robin” o “Robin” a secas; y me hace gracia pensar que probablemente de ahí vendrá el nombre del “ladrón bueno” Robin hood que traducido libremente significa “petirrojo con capucha”.

© Paco Micó

miércoles, 25 de abril de 2012

Cotorra argentina (Myiopsitta monachus)


Especies invasoras (XXIV)

Esta simpatica ave, aparentemente, ha conseguido con su expansión que la Generalitat de Cataluña, la autorice cazar.
El departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña ha autorizado por primera vez la caza de la cotorra argentina por considerarla una especie exótica invasora, al fin de facilitar el control de su población y minorizar el impacto “negativo” que genera en el medio natural. Esta autorización es la principal novedad de la orden de vedas catalana.

Su introducción en Cataluña fue hacia 1975, contabilizándose al año siguiente alrededor de 850 y en la actualidad solo en Barcelona pasan de 3.000.


 
Tampoco se libra Madrid de su visita, solo en la Casa de Campo se han contado más de 100 nidos, también están en el Parque del Oeste, el Club de Campo, el Capricho o el Retiro. Llegando a quitarles las migas de pan a las palomas, tal es su acercamiento a la población.

Según Seo BirdLife, constituyen "una verdadera amenaza" para las especies autóctonas al tratarse de un pájaro  "agresivo y con gran capacidad colonizadora, que compite por el espacio y por alimento". Pero además, en la Sociedad Española de Ornitología consideran a la cotorra como una vía de transmisión de enfermedades contra las que ni aves autóctonas ni personas están inmunizadas.

 
En Llobregat, 200 cotorras malograron 50.000 tomates y la mitad del maíz de la comarca. Y es que la cotorra no sólo ha conquistado espacios urbanos, sino que los últimos años se ha desplazado también a zonas rurales.

Esta especie ha sido catalogada en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, aprobado por Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

Después de esta introducción diremos que la cotorra monje, cotorra argentina o cotorrita verdigrís (Myiopsitta monachus) es una ave de la familia de los loros (Psittacidae) su origen y su hábitat es de Sudamérica, y que está introducida en numerosos países, bien voluntariamente o por escapes de jaulas.

Apreciada como mascota; su plumaje es de un verde brillante, siendo las alas verdes azuladas; la frente, mejillas, garganta, pecho y vientre son grises claros. Su cola es larga y puntiaguda, de color verde, como el dorso; el pico es ocre y las patas son grisáceas.
El tamaño oscila 28 a 31 cm. Y su peso entre 120 y 140 g.

Tiene gran capacidad de adaptación a otros climas y ecosistemas.
Tanto en la naturaleza como en sus los espacios que invade vuelan en ruidosas bandadas a gran velocidad, nunca levantando las alas por encima del cuerpo, y aleteando constantemente, originando muchas molestias.


 
Su base alimenticia son las semillas, tanto silvestres como cultivadas, aunque también le gustan los frutos, insectos adultos y sus larvas, también puede ser carroñera.
No le gusta mucho estar enjaulada, de ahí que algunos propietarios las suelten.

Sus nidos son comunitarios y alcanzan grandes proporciones. Poniendo entre 5 a 8 huevos, los huevos tienen gran capacidad de adaptarse. Influyendo mucho la nidificación comunal.

Los mas afectados por su introducción son el mirlo (Turdus merula) y la urraca (Pica pica), sus únicos depredadores son rapaces y comadrejas.

 
Son muy inteligentes, pueden hasta cantar, si se les amaestra desde polluelo, pero son excesivamente ruidosas y no les gusta la cautividad, pudiendo atacar incluso a sus dueños. En cautiverio su reproducción desciende o es casi nula.


Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Myiopsitta_monachus
http://www.rtve.es/noticias/20100213/cotorra-argentina-amenaza-convertirse-plaga-barcelona/317748.shtml
http://www.trofeocaza.com/noticia/1643/Noticias-%28Miscelanea%29/caza-sin-cuartel-cotorra-argentina-especie-danina-cataluna.html
Paco Micó
Gallipato Alcublano

domingo, 22 de abril de 2012

Alytes obstetricans, Epidalea calamita y Pelodytes ibericus nos salieron al encuentro.


Tenemos unos amigos y colaboradores, que nos visitan con frecuencia, pues les gusta mucho nuestro pueblo y su entorno.

Ellos son Paco, Carlos y Vicente y hace unos días estaban interesados en ver las mejoras que habíamos efectuado en la Balsa de la Pedrosa y también por que habían leído que las balsas empezaban a llenarse.

De buena mañana, con todos los aperos, los recogimos y nos fuimos a visitar las balsas y navajos de la zona sureste de nuestro término, Navajo Royo, Navajo Cañá Ladrero y Balsa de la Pedrosa.





Constatamos que los Navajos, tenían agua y que la vida estaba empezando a renacer, lo que nos dejo contentos, pero nuestro objetivo era la Balsa de la Pedrosa y hacia allí nos fuimos.

Carlos tiene una rara habilidad para detectar y encontrar animalillos y esta vez tampoco nos defraudo, al poco de estar en la Balsa y comprobar las mejoras, nos llamo, acudimos inmediatamente y había encontrado a un Sapo partero (Alytes obstetricans) y un Sapo corredor (Epidalea calamita), las cámara fotográficas echaban humo.


En los primeros muestreos que hicimos observamos la abundancia de vida, pues encontramos un escorpión de agua (Nepa cinerea), Chironomus plumosus, Anax sp., puestas de anfibios y huevos de gallipato.


Todo un éxito de encuentros, estábamos muy contentos, de cómo se estaba desarrollando la mañana, también el “orage” (1) nos acompañaba.



Pero nuestros amigos querían ir a visitar la Balsa Silvestre y el tiempo, sobre todo, cuando estas a gusto corre muy deprisa.



La primera sorpresa que tuvimos al llegar a la Balsa Silvestre fue encontrarnos un sapillo moteado (Pelodytes  ibericus), que como no lo encontró Carlos. 


En los muestreos que efectuamos estuvieron presentes nuestros “amigos” los Gallipatos (Pleurodeles waltl), siempre con ese andar tan especial que tienen.


Sin darnos cuentas se pasó la mañana y nuestros amigos debían de retornar, departimos un rato sobre los hallazgos de la mañana y con dolor de corazón nos despedimos hasta una próxima visita.

(1)   Tiempo meteorológico.


Fuentes:
Gallipato Alcublano
Paco Micó
J. R. Casaña