Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 12 de julio de 2012

Así están las balsas y navajos de Alcublas.




La fuerte sequía ha dejado a casi todos los puntos de agua, secos.

Tuvimos que hacer algo que no nos gusta, como fue el transvasar algunos alevines de Bufo bufo a otras balsas con agua del Navajo de las Cañadillas, pensamos que si hay sequía es porque la naturaleza así lo quiere.

Pero el 26 de Junio nos vino algo que a la naturaleza tampoco le gusta, un pavoroso incendio forestal que ha arrasado el 92 % de la masa forestal del término de Alcublas en La Serranía.


El fuego se expandió como le dio la gana, arriba, abajo, de lado, como quiso, mientras los Alcublanos contemplábamos alucinados y sin poder hacer nada, como el fuego iba devorando todo lo que hallaba a su paso, con una rapidez inusitada.


Lógicamente las balsas del término no se libraron del devastador incendio y aunque la mayoría ya estaban secas, se secaron más por causas no naturales.


Algunas muy pocas; su entorno se escapó de las llamas, contadas fueron, el desastre es tan grande que nos deja la mente bloqueada y no reparamos realmente en el daño causado.

 
Las balsas grandes (Silvestre y Pedrosa) continúan teniendo agua en su cubeta, aunque sus niveles bajan de forma alarmante.

 
Creemos que no es tiempo de sumergirnos en el dolor y la rabia, si no al contrario debemos pedir responsabilidades y ayudas, pero también debemos iniciar un proceso de mejora de nuestro entorno.


 

En lo que se ha perdido, en dos años como mínimo, no se pueden hacer muchas cosas.



 

Pues bien este otoño, pongamos en valor ese 8 % que nos ha quedado sin quemar, para que no le pase lo mismo, que al 92 %.

 
Ilusionémonos en el proyecto de revitalizar nuestro pueblo, sin dejar de pedir responsabilidades, pero mejorando lo poco que nos queda.

  
Alcublas debe seguir con paso firme desde la unidad de todos. 


 © Gallipato Alcublano

lunes, 9 de julio de 2012

DOS HORAS





Existe un sitio, un paraje, un camino entre montañas, donde casi nunca entra el sol, las ramas de sus grandes árboles lo impiden.
Es un sitio casi desconocido, poco visitado y poco transitado; conserva la humedad de la noche y casi siempre mantiene un gran charco al principio del camino, habitado por infinidad de pequeños invertebrados y en donde algunos animales también beben, algunas veces te sorprende ver correr y saltar a conejos y pequeñas ardillas.


En invierno, mantiene la nieve cuando cae durante muchos días, en verano el frescor de su pinada invita a descansar en las horas de más calor y en el otoño las nubes difuminan las siluetas de sus árboles, dándole un aspecto misterioso.  


Mi nieto con cuatro años, cree que es una montaña mágica, en donde habitan los gnomos, fue hace unos días de excursión allí a buscarlos, previamente se habían dejado, para que al encontrarlos saltara de alegría.


He paseado por este bosque infinidad de veces, era un privilegio poder descubrir cada vez su encanto y siempre ver una cosa diferente.


El otro día fui por última vez en mi vida, a despedirme de este hermoso lugar, sabiendo que nunca lo volvería a ver como lo había conocido, era solo cuestión de horas, el último paseo, la última foto y el adiós.


Dos horas después pasó el fuego y lo arrasó  todo.


 
Era el incendio de Alcublas, adiós a la Cueva Sabuquera y al Barranco de Lucia. 


Posiblemente mis nietos lo verán otra vez con sus grandes árboles, yo lo guardaré en mi memoria.

Pilar Climent