Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 18 de abril de 2013

CAMUFLAJES – II




Este artículo es la prolongación del publicado el 26 de Enero en el que nos explicaba el camuflaje casi perfecto de una polilla. 
http://gallipatoalcublano.blogspot.com.es/2013/01/camuflajes-i.html



En el anterior artículo os comentaba un caso concreto de camuflaje.
En esta segunda parte veremos unos casos más generales en el mundo de los insectos.
Por definición el mimetismo es la capacidad de camuflaje que tienen algunos seres vivos para pasar desapercibidos  por medio de la coloración o del aspecto de su cuerpo imitando a algún objeto inanimado del entorno que lo rodea o bien algún otro ser vivo.
El mimetismo protector es el camuflaje usado por animales incapaces de defenderse de otra manera.  Unos ejemplos de este tipo de mimetismo lo tenemos en las siguientes fotos.

Foto n º 1 (Clonopsis gallica


 La n º 1 se corresponde a un Insecto palo (Clonopsis gallica) que como podemos ver por su forma y color pasa desapercibido en su entorno.

Foto n º 2


Igual pasa en la foto n º 2  donde vemos a una especie de saltamontes como pasa prácticamente invisible en un entorno favorable de hierbas secas.

Foto n º 3 Chicharra verde
En la nº 3 vemos a una Chicharra verde ( orden Optortera) de la familia Bradyporidae  donde su principal arma de camuflaje es el color, cosa que también sucede en la foto nº 4 que también es  una Cigarra o Chicharra ( un Cicadidae del genero Cicada).  Esta particularmente es la que ambienta con su estridente chirrido los cálidos días veraniegos pero son muy difíciles de encontrar por su camuflaje (al ver que te acercas se callan y no hay manera de verlas).

Foto n º 4 Cigarra o Chicharra 


Foto n º 6 (Raphigaster nebulosa)
Las fotos nº 5 y 6 son de unos Chinches (orden Hemiptera), posiblemente (Nezara viridula) y (Raphigaster nebulosa) respectivamente donde vemos que con su colorido y texturas pasan desapercibidos.
Foto n º 5 (Nezara viridula)

















El mimetismo agresivo sirve a otros organismos para poder sorprender y atacar a sus presas como veremos a continuación en las siguientes fotos.

Foto n º 7 (Empusa pennata)

Foto n º 8 (Empusa pennata)

























Las nº 7 y 8  corresponden a un Mántido, concretamente a una ninfa de (Empusa pennata), aunque por su apariencia recuerdan al insecto palo usan su camuflaje para sorprender a los animales que les sirven de alimento.


Foto n º 9 (Thomisus onustus)

Un caso especial de este mimetismo lo protagonizan las Arañas Cangrejo (Thomisus onustus)- foto n º 9 -.  Esta araña no tiene nada que envidiar al maestro del camuflaje el camaleón pues puede cambiar de color según la flor en la que se encuentre.
Poseen gran variedad de colores, desde el blanco al amarillo, pasando por el naranja, violeta, rosa, e incluso en tonos rojizos.  Tarda un par de días en producir el cambio de color.
Esta acción le permite camuflarse entre los pétalos de las flores y así poder cazar al acecho.

En estos dos últimos casos el camuflaje les sirve tanto para cazar a sus presas como también para pasar inadvertidos ante sus posibles depredadores.

Foto n º 10 (Buthus occitanus).


No quiero dejar este capítulo sin comentar el siguiente individuo que si bien no usa camuflaje en sus acciones habituales pues es de hábitos nocturnos y prácticamente ciego  sí que nos puede dar una dolorosa sorpresa (o algo de más importancia) si en un descuido nuestro al levantar una piedra o tronco se siente amenazado y nos clava el aguijón, me estoy refiriendo al Escorpión común o Alacrán (Buthus occitanus). – Foto n º 10-.
 
Foto n º 11 (Sesia apiformis)

Foto n º 12 (Sesia apiformis)



























Por último existe un tercer tipo de mimetismo llamado mimetismo batesiano que se da cuando una posible presa por lo general inofensiva adopta el aspecto de otra especie venenosa o peligrosa para su depredador, como es el caso de la (Sesia apiformis) que a primera vista puede parecer una avispa cuando en realidad es una mariposa- fotos nº 11 y 12- como se adivina principalmente al fijarnos en las antenas y la cabeza.





Desde aquí quiero agradecer a Rafa Casaña, José Luis Sanmiguel y al grupo de Fotografía Insectos y Artropodos de la Peninsula Iberica (Rafa Obregón, Dani River, Cavernicola de las Montañas, José Angel Moneo, Paco Micó, Xosé Lopez, Isabel R.A, etc…)              
Su ayuda en la identificación de las especies que aparecen en este articulo

Salvador Viadel

domingo, 14 de abril de 2013

Anillando Aves

Hans Christian Mortensen
Un nuevo artículo de nuestro amigo Carlos Micó.




Poco podría imaginarse el bueno de Hans Christian Mortensen, cuando en 1899 empezó a anillar a los estorninos comunes de su Dinamarca natal, que ese simple gesto motivado por su deseo de saber dónde pasaban esos pájaros el invierno, daría comienzo a lo que hoy llamamos anillamiento científico.
Hoy, cualquier ave del mundo es susceptible de ser anillada para conocer mejor su biología. Aunque el método original y a la vez el más difundido por su sencillez, es el que tiene como objetivo a las aves de pequeño porte: los paseriformes. 



Basta con colocar una red japonesa en los pasos previamente localizados y esperar a que los pajarillos vayan cayendo. El sistema está pensado para paseriformes pero también caen otros grupos orníticos tales como limícolas, rálidos e incluso pequeñas rapaces tanto diurnas como nocturnas.
También se ideó en un principio para estudiar exclusivamente los movimientos migratorios de las aves marcadas, pero a día de hoy su utilidad es más amplia. 



Además de la migración, este método también se utiliza actualmente para estudiar y gestionar los hábitats que ocupan los objetos de estudio, así como su éxito o fracaso reproductor y por tanto, sus tendencias poblacionales. 



Independientemente de la especie capturada o del objetivo del estudio, el deber del anillador es estar atento a sus redes y a lo que cae en ellas, primero para evitar que el ave pueda sufrir algún daño o más estrés del estrictamente necesario y segundo, para que en caso de ser un ave grande y fuerte la capturada, pueda romperse la delicada y costosa red. 



Al tratarse de un método de estudio evidentemente invasivo, inspirado de hecho en técnicas de caza, el anillador debe pasar un período de formación de un mínimo de dos años durante los cuales aprenderá guiado por uno o más anilladores expertos como manejar el equipo y sobre todo a los pájaros de una manera rápida y eficiente, todo destinado a una correcta obtención de los datos sin que ello suponga un perjuicio para el animal. 



Una vez sacada el ave de la red, se procede a identificar la especie a la que pertenece y a anillarla, que no es más que colocarle una anilla metálica (cada especie tiene asignada un tipo determinado en función de su tamaño y fuerza) con un código alfa-numérico único para ese ejemplar en concreto.



Es como nuestro DNI. El proceso ya estaría, en principio, completado pero siempre se averigua la edad y el sexo, si esto es posible, ya que en algunas especies no lo es. Por último se toman una serie de medidas biométricas: longitud de la pluma más larga (la tercera primaria), longitud del ala, pico, tarso, cola, cráneo incluido el pico y se comprueba el grosor del musculo pectoral así como de la cantidad de grasa acumulada en el pecho. Por último se pesa al ejemplar y se libera.



Pese a ser una actividad con detractores debido a que el método de captura es bastante brusco, lo cierto es que el anillamiento es el único método que permite saber aspectos del ave tales como edad, sexo y estado de salud de especies en los que una simple observación, no sirve. 



Así, el anillador se convierte en el más experto de los ornitólogos, ya que debe conocer a las aves que estudia mucho más profundamente que el ornitólogo que se limita a observarlas a distancia.

Carlos Mico Tonda

Imágenes: Carlos Micó Tonda y Toni Polo Aparisi.