Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 20 de diciembre de 2012

PEDRALBA SE VA RECUPERANDO DEL INCEDIO DE ESTE VERANO DE 2012.



El 30 de Septiembre publicamos un artículo con el titulo de “PEDRALBA, SU MONTE, TAMBIÉN SUCUMBIO POR  EL FUEGO”, en el que narrábamos las calamidades que asolaron este bonito pueblo de la Serranía Valenciana.

Han pasado casi tres meses y decidimos visitarlo, para ver su regeneración después del incendio.

Nos recibieron nuestros amigos José Luis Sanmiguel y Salvador Viadel, dispuestos a mostrarnos su pueblo y alrededores.



Empezamos con la vista panorámica del pueblo y del río Turia desde la Ermita de Lujan, desde donde se contempla los daños causados por el incendio.

De allí pasamos a otro punto alto la Cruz de la Torreta, con otra perspectiva del municipio, desde donde se contempla el entramado de sus calles y casco antiguo. En la cima hay una cruz, de ahí su nombre, y su escritura, dedicada a una misión de PP. Dominicos, tiene la curiosidad que el año 1940, tiene el cuatro al revés.



Visitamos el paraje del Pontón que atraviesa el río Turia, pasarela que lo cruza que anteriormente fue de tablas de madera, hoy de cemento, pero su estructura metálica sigue igual. Remanso de paz y contemplación.

Era hora de ir a las zonas afectadas y nos encaminamos a la Cueva Colomera, el paisaje lejos del río era totalmente diferente, las huellas del incendio son muy patentes. Dicha cueva, que no es tal, si no un hundimiento del terreno, pero de gran profundidad, hay muchas marcas de anclajes, para practicar el descenso y la escalada.



Bajamos hacia el lugar que se le conoce como la Presa de Bugarra, donde existe una colonia de Cormoranes, que van jugando por la corriente del río, subiendo y bajando. Para después posarse sobre el lado que da el sol.



Aquí se que se aprecia la voracidad del incendio, antes podías acercarte, para fotografiarlos, pero ahora como ha desaparecido la vegetación, cuando te ven salen volando y no es posible contemplarlos. Daños colaterales del incendio, pero las cañas, sobre todo están empezando a brotar.



En nuestro camino contemplamos una huella muy palpable del incendio, un algarrobo desgajado por el fuego, parecía como naranja abierta en cuatro gajos. Eso si que tardará en ser como estaba antes del incendio.



Pedralba tiene en su curso del río una central hidroeléctrica, hoy automatizada, pero que en la riada del 1957, Francisco Calduch
Navarro apodado Paco “el Bugarrero”, trabajador de esta, alerto de la proximidad de la riada al resto de la cuenca y favoreció  con ello, el que se pudiesen salvar mas personas de la catástrofe. El nombre de ella es “Dynamis” su edificio es de 1924, perteneció a Eléctrica Pedralbina con posterioridad paso a Hidroeléctrica y suponemos que hoy será de Iberdrola, toma su agua dos kilómetros arriba de su edificio.



El tiempo se nos iba tirando encima, pero aun tuvimos tiempo para ver los pozos de la Serratilla, curiosa enorme balsa reguladora, cubierta con rafia negra, acabada en 1995.



Las despedidas siempre son dolorosas, pero obligaciones anteriores nos hacían regresar rápidamente a nuestro pueblo. Agradecimos las atenciones de nuestros amigos y nos alegramos juntos de que la naturaleza volviese por sus fueros.

Fuentes:
J. L. San Miguel
Salvador Viadel
J. R. Casaña.   

martes, 18 de diciembre de 2012

Los triops cumplieron su ciclo



Pues si lo Triops cancriformis que días atrás veíamos debajo de una gruesa capa de hielo, ya no están, se han muerto, han cumplido su ciclo vital y ahora sus cuerpos están en los charcos secos.

Si, aquellos que realizaban múltiples cabriolas mientras los fotografiábamos, ya no viven, su cadáveres demuestran una vez mas, que la naturaleza sigue su ritmo, marcado por ella misma.

Su vida es muy rápida y están perfectamente adaptados a sus medios, las aguas efímeras. Su rápida eclosión con temperaturas adecuadas, 23º como mínimo, es de dos a tres días.


Nada mas nacer empiezan a comer frenéticamente de todo lo que les sale al paso. Se alimentan principalmente de detritus, pero no rechazan los branchipus, renacuajos e incluso a sus congéneres cuando están mudando el caparazón y son mas débiles.



Si vida es corta pueden durar hasta mes y medio, pero se aseguran una abundante descendencia. Pueden alcanzar hasta 10 cm.


 
Los machos suelen escasear, pero las hembras pueden cumplir la función de ellos (partenogénesis), sin la colaboración de los machos.

La expansión a otros puntos de agua puede deberse a que sus huevos quedan apegados a las patas de las aves cuando beben en los charcos y luego van a otros puntos de agua.



Este curioso habitante que esta con nosotros desde el Triásico, ha vuelto a cumplir sus ciclo y no volverá ha estar con nosotros, hasta que las condiciones le sean propicias.

Fuentes:
Gallipato Alcublano
J. R. Casaña