Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 19 de abril de 2012

Chironomus plumosus (Linnaeus, 1758)



Hemos escrito algunos artículos sobre los Quironómidos, pero no los teníamos catalogados, con nombre y apellidos, gracias a nuestro amigo Paco Micó, hemos averiguado, el de uno de ellos, uno muy llamativo de un color rojo intenso, muy conocido de los aficionados a los acuarios.

Se trata del Chironomus plumosus, que esta presente en todo el hemisferio norte.



Hoy nos referiremos a su estado larvario que es en el que lo hemos conocido, como habitante de nuestras Balsas, Navajos y Charizes (1).
Que presenta su característico rojo intenso.



En primavera y verano se forman nubes de adultos, para aparearse, quizás puedan ser molestos a los humanos, pero estos “mosquitos” no pican. Una vez apareadas las hembras sueltan sus huevos en el agua y caen al fondo de las mismas. Donde se desarrolla su estado larvario. Se alimentan de restos orgánicos y algas.



También conocidos como "gusanos de sangre", pueden alcanzar los 12 mm de longitud, metamorfosean en el agua y ya salen como mosquitos, dejando las fundas sobre el agua. 



Es alimento para buen número de especies como el zapatero común, la notonecta, el sapo común, la corixia, gallipatos, el escorpión acuático y algunos más.

No obstante a no ser un animal dañino y debido a su envergadura (12 mm) su apariencia, en estado adulto, es algo impactante.


El macho adulto tiene plumas en sus antenas y alas, no así la hembra.  

(1). Abrevadero

Fuentes:

© Gallipato Alcublano
http://en.wikipedia.org/wiki/Chironomus_plumosus

lunes, 16 de abril de 2012

Isaura mayeti seguían viviendo en Noviembre

 
Pensábamos que no volveríamos a verlas durante el pasado otoño, pero una buena mañana, al acercarnos al Navajo del Prao observamos, que su cubeta tenía abundante agua.
No pensábamos encontrarnos con ningún habitante acuático, pero la sorpresa fue grande, allí estaban las Isaura mayeti, vivitas y coleando.



La diferencia que notamos fue su coloración era pardo oscura, quizás intuían que llega el fin de su ciclo. El agua estaba a una temperatura de 1º, nunca pensábamos que podían vivir con ese frio.


 
Ya no tenían ese color verdoso, producido por las algas que se les apegan, ni su coloración era fuerte y brillante. Como en los anteriores avistamientos, su color era triste. Como anunciando su despedida.



Pero ellas seguían saltando y con ese movimiento especial de dentro a fuera y de fuera a dentro de la balsa.
Los Branchipus schaefferi también las acompañaban y no faltaban los triops cancriformis. Era un gran espectáculo el verlos sobre una fina capa de agua, no más de dos dedos de profundidad, pero seguían batallando por subsistir.



No esperábamos encontrarlas y gozosos les dimos la despida hasta el siguiente año, que esperamos informaros de sus aparición.

© J. R. Casaña