Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

jueves, 7 de abril de 2011

Escorpión de agua (Nepa cinerea)

La primera vez que lo vimos nos llamo poderosamente la atención las patas delanteras, parecían unas pinzas poderosas, tambien el tubo en el que termina su abdomen, que es largo, era  Octubre de 2010.

Estábamos en la Balsa silvestre y en nuestra bandeja de estudio estaba envuelto entre la chara, los juncos y eneas, en un principio ni lo vimos.

No era muy grande alrededor de 2cm, su color parecía pardo oscuro, aunque cuando lo observamos a través de una lente de aumento vimos que era rojizo.

Su cuerpo es ovalado y bastante plano, posee tres pares de patas, como ya hemos dicho las delanteras saltan a la vista, son para coger a sus presas y las dos restante le sirven para nadar y andar.

Hicimos las fotos reglamentarias y decidimos documentarnos sobre el Escorpión de agua. 

En Marzo de este año lo volvimos a encontrar y empezamos a confeccionar el trabajo. 

El Escorpión acuático es un insecto que vive en continente europeo, hay opiniones que indican que es venenoso de ahí su nombre, nosotros lo hemos tenido en las manos y no nos ha picado.


Habita en las balsas, charcas de aguas tranquilas y sin corriente, vive en el fondo fangoso, para así camuflarse entre algas y atacar sorpresivamente a sus presas.


Respira oxigeno, aunque sea acuático, por el tubo que le sale de su abdomen que lo lleva directamente a la tráquea, lo que le permite respirar sin salir fuera del agua. El sistema respiratorio de los Escorpiones acuáticos lo denominan los fisiólogos como “burbuja incompresible”.


Cuando lo miramos por la lente vimos que sus ojos eran en forma de globo y muy salientes de su cabeza.


Bajo su caparazón duro tiene alas que son de color gris con nervios rojizos.
Se alimenta de ninfas, efímeras y tambien a veces de gusanos y alevines de peces, a los que les absorbe sus jugos.


Nuestro entorno nos sorprende día a día, dándonos nuevos bichicos, que van enriqueciendo nuestro saber y hace que nuestra faena sea mas grata.
Fuentes:
Archivo Gallipato Alcublano
http://es.wikipedia.org/wiki/Nepa_cinerea
http://bartolome.wordpress.com/2009/02/04/nepa-cinerea/
http://bitacoradelvientomontanasdeburgos.blogspot.com/2010/02/nepa-cinerea-escorpion-acuatico.html

lunes, 4 de abril de 2011

“FRENESÍ ANFIBIO” EXPEDICIÓN ANFIBIA 31-03-2011



El pasado día 31 de marzo realizamos nuestra tradicional excursión vespertino-nocturna de la temporada de cría los anfibios. La que venimos denominando “el frenesí anfibio” (frase cortesía de Abel).

Después de las lluvias de finales de marzo, nuestro corresponsal en Alcublas y responsable de El Gallipato Alcublano, Rafa, nos dijo que las charcas estaban bastante llenas de agua. Así pues, era hora de observar uno de los espectáculos sonoros más increíbles del que podemos disfrutar en el País Valencià: la temporada de reproducción de los sapos.


Quedamos a las 18’00 h en La Balsilla que no estaba demasiado llena, reflejo de los problemas que tienen las cunetas, que no llevan correctamente las escorrentías a la charca. En este punto de encuentro nos juntamos Rafa, Paco, Carlos, Vicent, Miguel Ángel, Beatriz, Lorena, Sara, Samuel, Edu, Raúl, Lucía, Matthieu y Darío. Bueno, no olvidemos a los perros Goya, Picasso y el señor Eduardo.
En el abrevadero pudimos ver gran cantidad de larvas de sapo partero de gran tamaño. Han pasado el invierno en el agua y en pocas semanas completarán la metamorfosis.
De ahí nos dirigimos a la balsa Silvestre donde rescatamos unos pocos gallipatos y ranas, que se habian perdido.


En la charca estuvimos descubriendo la gran cantidad de vida que alberga este ecosistema tan rico y biodiverso. Dándole al salabre empezamos sacando algunos de los invertebrados más característicos como las larvas de odonatos (libélulas y caballitos del diablo), escarabajos acuáticos, notonectas, escorpión acuático, larvas de quironómidos, algún ácaro acuático de un intenso color rojo. No olvidemos a la rana común, que abunda en la charca: unos pocos renacuajos que han pasado el invierno y gran número de adultos y juveniles.


Los gallipatos no se dejaban capturar. Seguramente estaban en el fondo de la charca, lejos de nuestro alcance. Más tarde, al anochecer, se dejarán ver en los bordes de la charca. Lo que si pudimos observar fueron los huevos del gallipato. Flotando o pegados a la vegetación acuática, algunos de ellos estaban recién puestos, pero en otros se dejaba ver el embrión ya desarrollado. Las características puestas de sapillo moteado se encaramaban en ramas y junquillos, siempre bajo el agua.


Los niños se lo pasaron muy bien en la charca, descubriendo algo nuevo para ellos: el maravilloso mundo de las charcas. Se turnaban para ir llevando todos los bichitos a la cubeta para observarlos mejor.
También los perros se lo pasaron bien, corriendo arriba y abajo y arrastrando grandes piedras cual escarabajos peloteros caninos (creo que están un poco locos).


Por supuesto, todos los animales capturados los devolvimos de nuevo a la charca.
Como ya se iba acercando el crepúsculo, decidimos trasladarnos al Prao, nuestro objetivo para presenciar el frenesí anfibio. De camino pasamos por la Masía de las Dueñas y a través de los campos de olivos y almendros llegamos a El Prao. 


No estaba demasiado inundado para lo que había llovido, pero se veían bastantes charcos de pequeña extensión. No era mucho, pero tal vez suficiente para escuchar algunos sapos. Mientras caía la noche, Rafa y Carlos fueron al pueblo a por unos bocatas y el resto fuimos tomando posiciones en torno a las charcas.
Levantamos algunas piedras y ahí descubrimos varios sapos corredores que seguramente estaban esperando a la noche para ir a buscar pareja.



Mientras dábamos buena cuenta de los bocatas, a eso de las 21’00 h empezamos a escuchar los primeros sapos. Algunos sapillos moteados empezaron con su “crec-creec”, pero al cantar bajo el agua o bien refugiados eran difíciles de observar. Pudimos ver dos o tres de ellos, pero multitud de puestas de días pasados.


Entre el ulular de un autillo también cantaban los sapos parteros. Siempre cantan desde refugios en tierra y no se dejan ver, sólo sus renacuajos del aljibe. Entre tanto, los sapos corredores empezaban a cantar. Primero con timidez, uno aquí y uno allí, se fueron animando hasta formar un coro ensordecedor.
Nos fuimos arrimando a los coros y allí estaban los machos, hinchando su saco bucal de manera casi imposible. Las pocas hembras que llegaban eran acosadas por varios machos, pero pudimos ver algunos amplexos.
Más tarde llegó el momento de rastrear la zona, con el acompañamiento de los ladridos del zorro y los cantos del autillo, el mochuelo y los sapos.
En los encharcamientos más someros había puestas de sapo corredor de hace unos días. Algunas de ellas se habían malogrado pues el nivel había bajado y estaban en seco.


En medio de El Prao encontramos un nuevo hallazgo: una puesta del siempre esquivo sapo de espuelas. Lamentablemente el nivel había bajado y estaba en seco, pero ésta es la primera referencia que tenemos de sapo de espuelas en el Prao, otro valor a añadir a este humedal de interior.


Con todas estas experiencias damos por terminada la jornada y nos batimos en retirada. Son las 23’00 h y mañana toca currar. Nos despedimos de nuestros amigos los anfibios y nos batimos en retirada. Hora de dormir.


Vicent Sancho y Alcayde

Fotos:
Paco Micó Martinez
Vicent Sancho y Alcayde
Miguel A. Chiarri
Archivo Gallipato Alcublano