Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

miércoles, 20 de junio de 2012

Lombriz de Tierra (Lumbricus terrestris) Linnaeus, 1758


Recuerdo de niño, que tenía un amigo que pescaba y las cogía para ponerlas en el anzuelo y decía que así picaban más los peces, pero yo no tenía muy claro aquello de hincarle un anzuelo a la pobre lombriz.

La lombriz de tierra común (Lumbricus terrestris) es una especie de anélido clitelado lumbrícido originario de Europa e introducido a los demás continentes. Muy beneficiosa para la tierra que por al ingerirla la oxigena y juega un papel importante en la formación del humus, así como la eliminación de la materia orgánica en descomposición, de la cual se alimenta.

Pueden medir entre 9 a 30 cm. En cambio su grosor no llega al cm. Tiene el cuerpo segmentado en anillos, llegando a tener 180 de ellos. Cada uno de los cuales lleva cuatro pares de quetas, similares a pelos rígidos, que sirven para que el animal se arrastre por sus túneles. Entre los anillos 31 a 37 tiene un abultamiento llamado cóitelo, donde guarda sus huevos antes de la puesta. Su color va del rosa al marrón y un extremo de su cuerpo es puntiagudo y otro redondeado.


 
Vive bajo tierra donde se alimenta de materia orgánica en descomposición, mientras va excavando galerías. Con ello permite la oxigenación de la tierra, favoreciendo la formación de humus. Las materias que una lombriz no digiere las expulsa por el ano, formando unos montículos de barro.

No posee ojos pero tiene unos diminutos órganos sensibles a la luz, unido a otros receptores sensibles a los agentes químicos, el tacto y las vibraciones.


Su piel es muy delgada y muy permeable, la utiliza para captar el oxígeno que utiliza para su respiración.
Suele vivir entre 4 u 8 años, en cautividad la esperanza de vida es de 6 años. Pero si que tiene que intercambiar el esperma con otro congénere.

Es hermafrodita, que lo hace falta macho para procrear, su reproducción es ovípara.


La lombricultura puede ser un negocio productivo para mejorar las condiciones en los campos de labor.

Sirve como alimento de mirlos, erizos y de muchas mas.


Tengo la impresión que cada vez se ven menos o es que yo ya no cojo la azada.

Fuentes:
Gallipato Alcublano
http://es.wikipedia.org/wiki/Lumbricus_terrestris
http://jarnaco.blogspot.com.es/2009/04/la-lombriz-de-tierra-lumbricus.html

domingo, 17 de junio de 2012

Maneras de disfrutar de la naturaleza.






Tenemos la suerte de contar con muchos admiradores de nuestro pueblo, entre ellos está Lorenzo Carbonell Zaragozá, profesor y naturalista vocacional, que disfrutan de nuestra flora y fauna, ha sido tan gentil que nos ha enviado el siguiente artículo que compartimos con vosotros.

 
Es interesante, de vez en cuando y aunque sea por un momento, pararse a pensar sobre lo que uno posee y sobre lo que realmente le hace feliz.
Nos hemos acostumbrado a acumular cosas materiales y a gastar por gastar casi como si de una obligación se tratara. Y la mayoría de las veces no tenemos tiempo para disfrutar de lo que poseemos, que suele ser mucho. No solemos ser conscientes de que en este diminuto planeta estamos de alquiler o de paso. Lo bien cierto es que al otro barrio no nos llevamos nada. Sólo nos llevamos lo vivido.
Muchísimas cosas las podemos disfrutar sin que nos cueste un céntimo o muy poco dinero. Yo creo que las más importantes. Buen ejemplo de ello son el afecto o la amistad que además nos aportan una gran satisfacción.


Personalmente soy feliz escuchando cualquier música que me haga vibrar y por supuesto en plena naturaleza me siento como un gorrión recién escapado de su jaula. Y por ello me gustaría aportar brevemente mi punto de vista respecto a las maneras con las que podemos obtener pequeños o grandes instantes de felicidad y que, fundamentalmente, no nos cuestan dinero, que hoy en día es algo importante.


Pasear a pié, al atardecer, en un día nublado escuchando el canto de las aves o el croar de las ranas. Oler el perfume de las flores o de los árboles en flor y disfrutar del paisaje. Pueden ser buenos ejemplos de ello.
Lo que siempre me ha fascinado ha sido, y es, el mundo de los animales. Y es por ello por lo que hace cuatro años decidí aprender los conocimientos suficientes para crear mi propia web en la que tengo más de quinientas fotografías de animales, especialmente de anfibios y de reptiles, y que me permite disfrutar y hacer disfrutar a quienes ven esas imágenes y mis comentarios sobre ellas. 


Ser autodidacta te permite tener y disfrutar de cosas que de otro modo te podrían ser inalcanzables por su elevado precio de mercado.
Lo interesante de estar en la naturaleza, es que sabes que en cualquier momento te va a sorprender algo como por ejemplo: una puesta del sapillo moteado en una balsa de riego,  que una lagartija a la que acabas de conocer se deje acariciar como si fuera un tierno perrito, la observación de una araña  capturando a una pequeña rana para alimentarse de ella, ver el espectáculo de un sapo corredor cantando en plena época de reproducción, o incluso ver como en mitad del camino pasea una araña con su abdomen cubierto de crías, sus hijas, a las que está cuidando y protegiendo.


Todo ello sin proponerte nada, simplemente paseando. Pero para valorar nuestra fauna y flora, así como la riqueza de nuestros entornos, sólo hay que proponerse ir al encuentro de determinado animal para valorar la dificultad y el gozo cuando llegas a tenerlo frente a ti. Algunas especies escasean hasta el punto de que es muy difícil poder observarlas. Me han costado varios años poder observar animales como por ejemplo la víbora, el sapo de espuelas, y un largo etc... Y para conseguirlo, y eso forma parte de la experiencia y del disfrute, he descubierto infinidad de lugares fantásticos.


Otras veces, sin esperarlo, alguien con gran amabilidad y cariño por lo que hace, te muestra un animal del que habías oído hablar y al que no habías visto personalmente como es el caso del triops que hace pocas semanas me mostró Rafa Casaña en Alcublas. 


 
También me descubrió un lugar muy interesante y que desconocía: el Prao.

Bueno y hasta aquí mi relato, no diré más ya que quien quiera disfrutar de todos los anfibios valencianos y de gran parte de nuestros reptiles, sólo tiene que acercarse a lugares como Alcublas. Si le sucede como a mí, obtendrá instantes de felicidad. Y todo ello gratis. Los seres vivos no cobran por hacernos felices y emocionarnos.


 
Deseamos que esta no sea la última colaboración de Lorenzo Carbonell Zaragozá, agradeciéndole la gentileza que ha tenido con nosotros.


Lorenzo Carbonell Zaragozá
Imágenes:
Paco Micó
J. R. Casaña