Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

martes, 29 de noviembre de 2011

Flora de las balsas alcublanas - EL JUNCO

El Gallipato Alcublano, tal como prometió hace unos días abre una nueva sección dedicada a la Flora de nuestras balsas de Alcublas y a sus alrededores, aprenderemos con vosotros este mundo desconocido para la gente corriente.

Esperamos que os guste tanto como las entradas que dedicamos a la rica Fauna de nuestras balsas.


El Junco (Scirpus Calefornicus)



Planta herbácea originaria de América, con ramas aéreas provistas de una médula esponjosa. Es una especie perenne que crece preferentemente sobre suelos estancados, orillas de los ríos, arroyos y lagunas. Flores hermafroditas y frutos en cápsulas La polinización corre a cargo del viento. Después de la polinización cada flor produce una cápsula con infinidad de semillas que son diseminadas fácilmente, pegadas a las patas de las aves acuáticas o a través de su tracto digestivo. Esta especie también se reproduce mediante un potente rizoma subterráneo que originan nuevos tallos. Esta cohesión entre tallos permite la acumulación de sedimentos que trae el río, elevando paulatinamente el nivel del suelo y dando lugar al crecimiento de otras especies. Por su flexibilidad, dada por la acumulación de aire en su interior, actúa de barrera deteniendo el oleaje y evitando la erosión de la costa. Sus flexibles tallos se usan en cestería.

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Con un barco de junco revolucionan la Historia


Fue construido con planos de hace 14.000 años por diez aventureros que pretenden viajar desde América hacia Europa. Quieren demostrar que en la Edad de Piedra ya cruzaban el Atlántico


La embarcación Abora III, construida con juncos según un diseño prehistórico, partió desde Nueva York con destino a España para demostrar que los viajes transatlánticos existían hace 14.000 años y cambiar así los libros de Historia.

Los muelles del río Hudson fueron esta mañana el punto de partida de la ambiciosa expedición, con la que diez aventureros pretenden demostrar que los navegantes de la antigüedad tenían los suficientes conocimientos náuticos como para cruzar el Atlántico y llegar al Mediterráneo desde América.

Ni los vikingos, ni Cristóbal Colón. Los diez integrantes del Abora III, cuyo nombre alude al dios sol de los antiguos indígenas guanches canarios, están convencidos de que los hombres de la Edad de Piedra fueron los primeros en protagonizar travesías transatlánticas.

"Este viaje desde Nueva York a las costas españolas pretende demostrar que los contactos prehistóricos entre Norteamérica y el Mediterráneo existían. Vamos a cambiar los libros de Historia", aseguró a Efe José Valmaña, un historiador cubano-americano aficionado a la arqueología marítima y tripulante del navío.

Para Valmaña, "es importante que, si la embarcación llega a España, los académicos empiecen a creer en la capacidad marítima de los pueblos prehistóricos para la que tantas pruebas hay".
El equipo de exploradores, procedentes de Alemania, Noruega, Bolivia y los Estados Unidos, está encabezado por el botánico y arqueólogo alemán Dominique Gorlitz, miembro del New York Explorers Club, quien se mostró seguro de que "la expedición hará Historia".

"Si tenemos éxito con nuestra hazaña, espero que todos cambien de parecer y acepten, como diré yo entonces, que Cristóbal Colón no fue el primero en cruzar el Atlántico", explicó Gorlitz poco antes de que zarpara el Abora III.


Según los expedicionarios, el descubrimiento de tabaco y coca a ambos lados del Atlántico es un indicio de los viajes transatlánticos que ocurrieron en la era prehistórica, algo que daría respuesta al hecho de que los científicos hayan encontrado en la momia de Ramsés II, en Egipto, trazas de tabaco y coca.

La expedición toma el testigo así a las que protagonizó el noruego Thor Heyerdahl (1914-2002), considerado el fundador de la arqueología marítima, quien con sus viajes quería demostrar que ya en la Edad de Piedra ocurrió un intercambio cultural intenso por vía marítima entre el mundo conocido y el continente americano.


El Abora III zarpando de Nueva York

Tras introducirse hoy en el Atlántico, con la estatua de la Libertad como imagen de fondo, el Abora III, tendrá la primera escala en las islas Azores, para después atracar en la ciudad sureña española de Cádiz y culminar la expedición en Tenerife, en las islas Canarias, a finales de septiembre.

La embarcación no irá acompañada de barcos de asistencia para casos de emergencia, aunque sus tripulantes contarán con teléfonos vía satélite para comunicarse y la posición de la nave se verá en directo por GPS en el sitio web http://www.abora3.com.

Valmaña aseguró que "la tripulación no tiene miedo, simplemente está excitada ante la tremenda aventura que va a iniciar", y explicó que "los mayores peligros" que se pueden encontrar en alta mar son los barcos y las tormentas.

"Nosotros somos bastante más pequeños que los barcos que surcan las aguas del Atlántico y mucho más lentos, así que hay que esperar que ninguno se nos eche encima", explicó el historiador y navegante.

http:\\www.infobae.com

7 comentarios:

  1. Muy interesante articulo y buen complemento a un estupendo blog.

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  2. Que buenos que sois, si supieseis los recuerdos que me tren los juncos.
    Para empezar diré que me encanta comerme la parte blanca inferior enterrada.
    Cuenda era un jovenzuelo de pocos años, en el pueblo de mi padre donde tengo toda la familia más cercana y pasaba bastantes veranos solíamos hacer carreras de barcos.
    Agullent es un pueblo con bastante agua y las acequias pasan enterradas por bajo de las casas en el pueblo emergiendo en los diferentes lavaderos.
    Con los juncos que seleccionábamos construíamos barcos que luego hacíamos navegar de lavadero a lavadero, y así esperando saliesen pasábamos el tiempo.
    Gracias por recordarme aquellos tiempos donde por la edad éramos tan felices.

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  3. Me parece una aventura muy arriesgada. Tendrán ayuda en caso de estrema gravedad, porque de no ser asi es muy arriesgado. Pero, como Miguel dice, me trae muchos recuerdos de mi infancia. Cuando merodeábamos por la orilla del río bien para pescar, bien para hacer cosas con los juncos de todo tipo. Tambien lo husábamos para atar cualquier cosas y como dice comernos la parte enterrada de color blanco. No muy agradable pero, la comíamos.Un saludo, Sanmiguel.

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  4. ¡Bueno! Por supuesto que nuestros juncos no serviría como la totora en el Titicaca o el papiro en el Nilo para construir esas embarcaciones de estos intrépidos marineros.
    Nuestros juncos, más modestos, a parte de mordisquearlos, solo nos sirvieron para confeccionar modestos artilugios para juegos o utilitarios.
    Los abundantes juncales que rodeaban el molino de mi abuelo y la sabiduría rural, me enseñaron, también a mí, a confeccionar: cortinas, caracoleras, grilleras, sombreros, soportes para la pesca, molinillos que rodaban con la corriente y esos barquitos que navegaban con nuestros sueños. ¡Que tiempos!
    Un saludo a todos.

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  5. ¡Qué importantes son los juncos!
    Además de los múltiples usos que nos cuenta Manolo Ambou, suelen ser plantas bioindicadoras que nos dan indicios sobre la presencia del agua en el suelo, aunque sea a temporadas como ocurre en algunas charcas. Son un elemento muy importante de estos ecosistemas.

    Un saludo

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  6. Os agradecemos a todos vuestros comentarios, ellos son la savia que nos hace seguir con la labor.
    Muchas gracias.

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