Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Los sapos moteados (Pelodytes punctatus) se ahogaban.



Si sabemos que no debemos de interrumpir el ciclo natural, pero a veces están difícil llevarlo a término, viendo como unos renacuajos estaban a punto de morir, porque su hábitat se estaba secando a marchas forzadas.


Sacaban su cabeza de la poca agua que quedaba en el Navajo de la Fuente del Puerco o de Guerri, un minúsculo charco en él se encontraban  decenas de renacuajos de Sapo moteado  (Pelodytes punctatus).

Habíamos salido por la tarde, para ver cómo iban funcionando los pimpollos, que en algunas zonas como la que visitamos son centenares de miles y al llegar al Navajo de la Fuente del Puerco o de Guerri, nos encontramos que estaba prácticamente seco, pero en sus someras aguas anidaba mucha vida, que tenia la muerte muy cercana.


Toda la hierba acuática se había tornado amarillenta y escasamente quedan algo de tonalidad verde y por su puesto muy poca agua.


Nos miramos y casi al unísono cogimos las herramientas para rescatar a los habitantes de este exiguo charco, no solo había renacuajos, si no también ninfas de libélula, notonectas y corixas, casi estaban tocándose unas a otras.


Sacamos los que pudimos, pues su instinto les hacia huir de nuestras herramientas adentrándose en el fango y dificultando nuestro rescate, pero aun rescatamos casi un centenar.


Decidimos trasvasarlos a la Balsa Pedrosa, por proximidad y por que alberga más cantidad de agua y durante más tiempo.
Recogimos enseres y vaciamos algunas garrafas de agua en el pobre charco, en un deseo de prolongar sus vidas, si antes no teníamos la suerte de que lloviese.


Nos dirigimos a la Balsa Pedrosa y depositamos en su cubeta los renacuajos y demás seres vivos que habíamos rescatado, satisfechos, pero con la duda de si nuestra actuación había sido la correcta.


El Gallipato Alcublano no es partidario de estas prácticas, pero desgraciadamente este año, por la sequía nos hemos visto abocados a realizarlas varias veces.

J. R. Casaña. 

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