Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas

miércoles, 20 de junio de 2018

PESE A LAS MUCHAS LLUVIAS LAS BALSAS DE ALCUBLAS NO SE LLENARON.




Partiendo de la base que los primeros 30 litros de lluvia, los absorbe la tierra, parece que estaba muy sedienta la tierra alcublana, pues en contadas ocasiones aporto lluvia a las Balsas y Navajos.

Llovió bien pero no llego a correr para aportar líquido a las cubetas de las balsas, las lleno pero no con demasiada generosidad.

El Navajo de las Cañadillas tenía algo de agua en su cubeta, que aunque es cemento, al carecer de balsa de decantación, se ha regenerado bastante bien.


Esa poca agua ha conseguido engañar a los anfibios, los cuales ingenuamente han depositado sus huevos, creando muchísimos renacuajos. 

Que no damos mucho por su vida, debido que enseguida entramos en el verano.





Al Navajo de la Roza parecía que le hubiesen plantado juncos, estaba totalmente cubierto de ellos.

Aun así también tenía renacuajos, a los que tampoco creemos  tengan un buen fin.

La desaparición del ganado hace que los juncos proliferen, así como las eneas. Consumiendo mucha agua para su crecimiento.


La Gipe del Codadillo tuvo más suerte, llena hasta el tope y con las puestas de siempre en su balsa de decantación, efecto trampa para los renacuajos.

Sus arbellones de entrada  están bastante limpios, lo que seguramente ha facilitado su llenado.


El Navajo del Poderoso, padeció mucho cuan extrajeron la madera del incendio forestal, pues en su cercanía se creó una zona de gestión de la madera quemada, lo que obturo mucho sus arbellones, impidiendo que la lluvia le entrara.


Estaba con algo de agua y muchos renacuajos, lo que más alegría me produjo fue el contemplar el paisaje y ver cómo se va recuperando del voraz incendio nuestro entorno, mas verde y hermoso que nos alegra bastante.


Rafa Casaña. 

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